Desde que Ezequiel Medrán asumió como entrenador de Colón, quedó claro que su estilo de trabajo se caracteriza por el detallismo y la obsesión por no dejar nada librado al azar. Uno de los aspectos que más se nota cada semana es la demora en dar a conocer la lista de convocados.
Lo que antes solía difundirse con un día de anticipación, ahora pasó a ser una costumbre de último momento. Generalmente, los nombres aparecen apenas unas horas antes de cada partido.
Esta modalidad responde a un pedido expreso del propio técnico, que busca estirar al máximo el misterio y evitar que se filtren pistas.
Medrán es obsesivo, pendiente de cada detalle y que entiende que cualquier información puede jugar en contra. Aunque, en la práctica, muchas veces la intriga no es tal, el DT prefiere mantener el hermetismo como parte de su estrategia de trabajo.
En Colón, todo pasa por su lupa: desde los entrenamientos hasta la comunicación oficial. La lista de citados, que parece un trámite menor, se transformó en un reflejo más del cuidado extremo con el que el entrenador afronta cada compromiso.
