En la antesala de elecciones, el temor sigue en la Argentina siendo más poderoso que la promesa, incluso si a ésta la formula Scott Bessent. El mismo día en el que la Cancillería confirmó un nuevo encuentro entre Javier Milei y Donald Trump, esta vez en Washington el 14 de octubre, los mercados domésticos viajaron a la cobertura en dólares.
Tras alcanzar un máximo de $ 1.435 en la cotización formal, el dólar mayorista retrocedió ante órdenes de venta “oficiales” a $ 1380 (cerró a $1.397) por un volumen cercano a los US$ 450 millones.
En el mercado de futuros, también se observaron señales de mayor demanda por cobertura. Y el Contado con Liquidación para sacar divisas del país cerró a US$ 1500. El dólar BNA cerró a $ 1.400 para la venta.

La inestabilidad mantiene el Riesgo País en 1228 puntos básicos, un nivel incompatible con el regreso argentinol a los mercados voluntarios de deuda, Luis Caputo necesita una regularización antes de diciembre para los vencimientos de enero. Pero las invertidumbres financieras y políticas impiden despejar el horizonte.
¿Se terminan las bandas?
Las turbulencias son señales de una convicción en los mercados: la política cambiaria no será la misma después de las elecciones, con cotizaciones por encima del techo de una banda que, para los operadores del mercado financiero como de la economía real, parece destinada a desaparecer.
“El test de efectividad del apoyo financiero anunciado se mide por la posibilidad cierta de que la Argentina pueda refinanciar deuda voluntariamente en el mercado a cada vencimiento (unos 8,5 mil millones de dólares en manos de acreedores privados en 2026), para lo cual el descenso del riesgo país es fundamental”, recordó el economista del Ieral, Jorge Vasconcelos.

Para ese objetivo, planteó cubrir tres condiciones: disponibilidad de dólares por alguno de los mecanismos de apoyo anunciado; condiciones de gobernabilidad y una política económica que deje atrás las tribulaciones de este año, incluyendo la falta de acumulación de reservas, la inestabilidad en la relación tasas/tipo de cambio y las dificultades para empalmar estabilidad con crecimiento.
Mientras tanto, el titular del BCRA dijo que «el régimen que tenemos está perfectamente calibrado y funciona perfectamente».
El huevo o la gallina
“Esta tensión define el panorama actual. Un clásico ‘huevo o gallina’: ¿Qué viene primero? ¿los dólares o la gobernabilidad? Si la gobernabilidad se demora, ¿pueden demorarse los dólares?”.
Vasconcelos planteó los interrogantes de “una transición compleja hasta el 26 de octubre, ya que no hay una hoja de ruta clara sobre cuándo podrían materializarse los instrumentos de ayuda” desde los Estados Unidos.
El swap de monedas por el equivalente a US$20 mil millones, la compra de bonos soberanos argentinos por parte del Tesoro norteamericano o préstamos directos de Washington son las tres alternativas que se analizan.
La visita de Estado del presidente Argentino podría sumar la novedad del acuerdo arancelario que mejore los horizontes comerciales. Pero siempre está vigente la advertencia de Scott Bessent de una ayuda supeditada al resultado de las elecciones y a la “gobernabilidad” de cara a las reformas estructurales.

El acercamiento de Milei con Mauricio Macri parece anticipar una apertura de la Casa Rosada al diálogo. Pero incluso si le va bien al gobierno en los comicios, el aporte de los gobernadores y los planteles legislativos que les respondan, serán decisivos para la suerte de las leyes tributaria, previsional y laboral que plantea el gobierno y reclaman desde el FMI hasta el Tesoro norteameticano.
“La necesidad de una hoja de ruta clara ya comenzó a ponerse en evidencia desde el cierre de los mercados del viernes pasado”, advirtió Vasconcelos.
¿Cuál es el tipo de cambio?
El gobierno reaccionó la semana pasada tratando de cerrar los caminos al “rulo”; para el economista de la Fundación Mediterránea, la reimposición de proscripciones parciales a los operadores en mercado de divisas, “provocó» que la brecha entre el dólar oficial y el dólar libre terminara creciendo.

Santiago Bausili, presidente del Banco Central de la República Argentina, negó que hubiese una «reposición del cepo». Ratificó que el acceso de personas humanas al mercano de cambios no sufrió alternaciones. «El tipo de cambio se mueve, no tengo nada para comentar», dijo sobre la brecha.
“Esta dinámica puede afectar la percepción acerca de cuál es ‘el tipo de cambio de equilibrio’, y complicar la continuidad del proceso de recuperación de reservas, ya que en las semanas por venir se habrá de notar la contrapartida de la liquidación extraordinaria de agrodólares de los últimos días: una caída significativa en el ritmo de estas operaciones”.