Es uno de los trail running más espectaculares y duros del mundo: 100 kilómetros en tres días por la Cordillera de los Andes. Dos atletas con discapacidad equipados con sus sillas adaptadas, su sonrisa y 15 amantes del ‘buen correr’ empujando por turnos en una carrera que promete ser inolvidable, participarán, por primera vez en la historia en este reto.
La primera semana de diciembre de 2025 está marcada a fuego en el calendario del club deportivo inclusivo Empujando Sonrisas. 15 corredores amateurs, 15 amigos, Mario (11 años) y Pedro (22 años) cruzarán el charco para participar, por primera vez en la historia, en El Cruce Saucony. Sí, porque después de 22 ediciones, la de este año contará, por primera vez, con dos atletas con discapacidad que harán uno de los trail running más duros del mundo.
100 kilómetros en tres días en sus sillas adaptadas por la Cordillera de los Andes con dos objetivos: el primero, demostrar que si se quiere, se puede, y el segundo, dejar a la organización la silla de Pedro para que todos aquellos deportistas con discapacidad puedan afrontar este desafío en futuras ediciones sin preocuparse por el coste de la silla. Algo que, gracias a Ramón Alba, gerente de Uni Rasa, ya es una realidad. Ellos correrán con el coste íntegro de la misma.

Quedan nueve meses por delante, nueve meses de entrenamientos y risas, nueve meses para cumplir un sueño y hacer historia, porque Mario y Pedro van a hacer historia y, sobre todo, “van a pasarlo bien”. Lo más importante “es que se diviertan y que estén bien, ellos son nuestra prioridad” recuerda José Luis Fernández, padre de Mario.
Un reto que busca visibilizar, sensibilizar y demostrar que, con esfuerzo y capacidad de superación, los atletas con diversidad funcional pueden participar en este tipo de carreras. Un desafío que hará historia y que espera ayudar a muchas otras personas.
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Es, sin duda, el trail por etapas con mayor despliegue logístico del mundo donde, cada año “se rediseña el recorrido en un nuevo escenario dentro de la Patagonia Argentina-Chilena con el objetivo de fusionar el deporte con la aventura y el descubrimiento de paisajes inigualables”, explica Joaquín Tagle, uno de los organizadores de El Cruce.
Con el 75% de las inscripciones confirmadas y una previsión de 8.000 corredores, dos de ellos serán muy especiales y esta edición “será inolvidable para todos nosotros. La energía y el espíritu de superación que traerán Mario y Pedro sumarán aún más a la esencia de El Cruce, demostrando que en la montaña, como en la vida, no hay límites cuando hay pasión y determinación”, afirma Tagle.

“Cuando José Luis – padre de Mario- nos presentó la propuesta, lo primero fue analizar la viabilidad junto a nuestro equipo de recorrido y rescate, quienes rápidamente dieron el visto bueno. Desde el primer momento, sentimos orgullo de que Empujando Sonrisas elija El Cruce para llevar adelante este desafío, ya que conocemos su seriedad, compromiso y pasión por lo que hacen”, sentencia.
Ahora quedan muchos entrenamientos, muchas pruebas y muchos retos de este grupo de amigos que busca romper barreras y hacer que sus miembros, todos y cada uno de ellos, disfruten de un deporte que para ellos es vida. Un reto que no sólo ayudará a otras personas con discapacidad a correr esta carrera en futuras ediciones, también mostrará a través de las redes sociales el día a día de esta ‘familia’ para culminar el camino en un documental que no dejará a nadie indiferente.
Con información de Marca







