El 26 de septiembre de 2019, Colón escribió una de las páginas más gloriosas de su historia. Aquella noche en Belo Horizonte, Brasil, consiguió la clasificación a la final de la Copa Sudamericana, tras una dramática definición por penales frente a Atlético Mineiro.
El Rojinegro había ganado en el Cementerio de los Elefantes 2-1, pero en la revancha jugada en el Morumbí, el Galo se impuso 2-1 y forzó la serie a los penales. Allí apareció la figura de Leonardo Burián, quien se vistió de héroe atajando dos ejecuciones y dándole vida al sueño internacional. El Sabalero terminó imponiéndose 4-3 en la tanda.
La postal inolvidable tuvo a más de 5.000 hinchas copando las tribunas el mítico escenario, explotando de emoción con el paso a la gran final en Paraguay.
Fue el momento en que Colón se mostró al mundo, logrando instalar su nombre en la vidriera internacional y escribiendo una epopeya que aún hoy late fuerte en la memoria colectiva de los sabaleros.
Aquella noche no solo significó un triunfo deportivo, sino también un salto histórico: la primera final continental en la vida del club, el inicio de un sentimiento que trascendió fronteras y que sigue marcando a fuego el orgullo rojinegro.