Apenas terminado el encuentro del último sábado, en el que su equipo igualó 2 a 2 con Independiente en Santa Fe, el entrenador de Colón, Julio Cesar Falcioni, dejó una frase que hizo ruido pero que marca a las claras la realidad que atraviesa el plantel que conduce: "Nos llegan poco y convierten mucho". Más allá de sonar como una fuerte autocrítica, las palabras del Emperador no dejan de marcar una cruda realidad, ya que al sabalero le marcaron nada menos que 11 goles contando sus últimas cinco presentaciones, con un promedio de más de 2 goles en contra en cada compromiso. En ese lapso, Colón solo pudo festejar una vez, en el 2 a 1 a Peñarol del debut en la Libertadores.
Tomando como referencia la última vez que el rojinegro pudo mantener su arco en 0 (el empate en el clásico frente a Unión), el equipo de Falcioni disputó cinco compromisos entre el certamen doméstico y la copa internacional, acumulando el mencionado triunfo ante el carbonero, 2 empates 2 a 2 (Rosario Central e Independiente) y 2 derrotas en las que sufrió 3 goles en contra (Aldosivi y Cerro Porteño). Ampliando el análisis al arranque de la temporada, a Colón le convirtieron 16 veces en 13 partidos por todas las competencias, aunque claramente la cuestión defensiva se ha transformado en un déficit a solucionar de manera urgente en este tramo de la campaña.
Si bien está claro que Colón es un equipo con poder de fuego y que llega fácil al gol (19 en 13PJ), la imposibilidad de defender su valla atenta contra las posibilidades de Falcioni y compañía de sumar los puntos que necesita para pelear la clasificación en los 2 frentes. Con este panorama, por estas horas el DT evalúa modificaciones tanto de nombres como de esquema pensando en la visita de este martes a Huracán, donde el sabalero debe ganar sí o sí para mantener viva la ilusión de estar entre los 4 mejores de su grupo en el certamen doméstico.
