La historia de Nicolás Fernández, lateral izquierdo surgido de las divisiones juveniles de Estudiantes de La Plata, es una más dentro del año turbulento que atravesó Colón, en el que los proyectos individuales se vieron arrastrados por un contexto deportivo e institucional complejo.
El defensor, de 22 años, había llegado al Sabalero a mediados de 2024 a préstamo por 18 meses, con el visto bueno del propio Eduardo Domínguez, actual técnico del Pincha y quien lo conocía desde su paso por el club platense. Sin embargo, la apuesta nunca terminó de dar resultados: su paso por Santa Fe fue breve, irregular y con escasa participación.
En su primera etapa, Fernández disputó apenas cuatro partidos oficiales durante 2024, acumulando poco más de 200 minutos en cancha. En Colón intentaron reconvertirlo como defensor central, una posición que ya había ocupado en juveniles, pero en la que no se sintió cómodo. Pese a su predisposición, el rendimiento del equipo, los cambios de entrenadores y la competencia interna le jugaron en contra.
El arranque del 2025 le ofrecía una nueva oportunidad: había completado una buena pretemporada y parecía tener un lugar asegurado dentro de una línea de cinco defensores. Sin embargo, una lesión inoportuna lo dejó afuera del inicio del torneo y, en ese tiempo, la llegada de refuerzos redujo aún más sus chances.
A partir de allí, el panorama se volvió cuesta arriba. Fernández fue relegado del plantel principal y terminó entrenándose junto a otros jugadores marginados del grupo. Esa situación lo llevó a reflexionar sobre las diferencias con su etapa en Estudiantes, donde, según reconocen allegados, “todo dependía del esfuerzo y la competencia interna”. En Santa Fe, en cambio, el clima institucional y deportivo no le permitió sostener una evolución. El único partido que jugó fue el 2 de marzo de 2025, ante Chaco For Ever, sumando apenas 12 minutos.
Con el cierre del año y el préstamo que se aproxima a su final, el futbolista nacido en 2002 regresará a City Bell, donde buscará recomponer su carrera y recuperar el terreno perdido. Tiene contrato con Estudiantes hasta diciembre de 2026, y su futuro dependerá de las decisiones del cuerpo técnico de Domínguez.
El caso de Nicolás Fernández no pasa inadvertido en Santa Fe. Refleja un síntoma que Colón viene arrastrando: la dificultad para potenciar a los jugadores jóvenes que llegan en busca de minutos, en medio de un club que aún intenta reconstruirse tras dos años agitados, con cambios de entrenadores, de objetivos y una renovación institucional que se avecina en las próximas semanas.
