Ignacio Lago, uno de los jugadores con más antigüedad en el plantel de Colón, dialogó con la prensa y se refirió al duro año que pasó el club, la «renovación interna» que vive el grupo y el objetivo innegociable de lograr el ascenso a Primera División. El delantero se mostró feliz por poder encarar una pretemporada completa después de dos años.
La necesidad de un «cambio de chip» tras un año difícil
Consultado sobre si se consideraba un refuerzo más para esta temporada, Lago reflexionó sobre la necesidad de una profunda renovación anímica y mental en el plantel: «No sé si un refuerzo, pero sí obviamente hay una renovación interna que tuve que hacer porque obviamente se viene de un año muy malo y la verdad que si uno se queda con eso, cuesta un poco levantarse».
El cambio de dirigencia y las caras nuevas han servido como un «reseteo» necesario para todo el grupo: «Obviamente ver caras nuevas, todo lo que fue el cambio de dirigencia, todo eso renueva por ahí algo interno, tanto para afuera también, que te motiva por ahí a buscar algo distinto».
Lago admitió que el cambio de mentalidad debió ocurrir durante el torneo pasado, pero no se logró a tiempo. Consciente de lo cerca que estuvo el descenso, envió un mensaje de alerta: «Cuesta más por ahí cuando lo estás transitando, cuando lo necesitás cambiar.
Quizá necesitábamos durante el torneo hacerlo y no lo pudimos hacer, que era el momento fundamental. Bueno, hoy tenemos otra oportunidad, lamentablemente, perdón, agradecidamente no pasó lo peor que fue descender, estuvimos ahí y la verdad que la sacamos bastante barata».
La alegría por la pretemporada y la exigencia del cuerpo técnico
El delantero expresó su satisfacción por encarar una pretemporada completa bajo las órdenes de Ezequiel (Medrán) a quien conoce de otra etapa: «Primero estoy feliz porque después de dos años voy a poder hacer una pretemporada, que es algo que no lo vengo haciendo».
Lago valora la intensidad que le impone el actual cuerpo técnico en la parte física y planea aprovecharla al máximo. «Hoy gracias a Dios tengo un cuerpo técnico que te exige al máximo en esa parte, en lo físico, entonces la quiero aprovechar al máximo».
Sobre su posición en el campo, se definió como un «soldado» y dijo que no ha hablado mucho del tema con el DT, pero confía en su criterio: «Si hay alguien que me conoce es Ezequiel, donde a mí me gusta jugar, donde me siento cómodo. Obviamente que yo en ese sentido soy más un soldado, a mí me gusta más no decidir dónde jugar sino que donde me pongan a aportar lo mejor desde ahí».
Fortaleza grupal y el objetivo innegociable del ascenso
Para lograr el ascenso, Lago tiene claro cuál es la principal falencia a corregir respecto al año anterior: la fortaleza mental del grupo: «Quizá una de las falencias que tuvimos el año pasado es que por ahí como grupo, como cabeza, no fuimos lo suficientemente fuertes. Creo que hoy a medida que vayan llegando los chicos es crear esa base de fortaleza, de unión».
El delantero sabe que los traspiés son inevitables durante una temporada, y ahí es donde el equipo debe mostrarse más unido: «Es inevitable que en algún momento de la temporada, del año, te toque un traspié, en ese momento estar más fuerte que nunca».
El estilo de juego dinámico e intenso que busca el cuerpo técnico le sienta bien a Lago, quien prefiere tener jugadores de esas características a su alrededor. «Yo creo que sí, porque inclusive es el estilo de jugadores que a mí me gusta también tener alrededor. […] Tener un equipo dinámico que esté bien físicamente, por ahí a uno le da más la libertad de juego».
Como referente y uno de los más veteranos, asume su rol con agrado y responsabilidad: «Hoy, a ver, es tirar para adelante, obviamente es una responsabilidad que a lo personal me gusta, me gusta tener que recibir a los chicos que vengan de la mejor manera, a los que hoy les toca también levantarlo».
Finalmente, sobre el formato del torneo y la presión del hincha, Lago fue contundente: el único camino es el ascenso.
«Yo por lo menos desde que estoy, siempre el objetivo fue ese, en los dos años y dos planteles que me tocó estar, el objetivo siempre fue el mismo […] El que viene pensando, el que viene a Colón pensando que el objetivo no es ese, está en el lugar equivocado».
