La confirmación oficial de la inhibición de Colón por parte de la FIFA encendió las alarmas en todo el mundo Sabalero. Si bien el conflicto se origina en una deuda con el paraguayo Alberto Espínola, el castigo representa un nuevo golpe para una dirigencia que atraviesa un momento de alta exposición política y financiera, a pocas semanas de las elecciones previstas para el 30 de noviembre.
El informe del organismo con sede en Zúrich incluyó al club santafesino entre las instituciones argentinas prohibidas de inscribir jugadores hasta que se cancele la deuda, que asciende a unos 375 mil dólares más intereses. En términos prácticos, esto impide a Colón sumar refuerzos o registrar nuevos contratos, tanto a nivel local como internacional, hasta regularizar la situación.
De acuerdo con la normativa de la FIFA, la sanción solo se levanta una vez efectuado el pago completo o mediante un acuerdo homologado. Hasta entonces, la medida condiciona directamente la planificación deportiva del club de cara a la Primera Nacional 2026, al imposibilitar la incorporación de futbolistas.
Aunque la restricción no afecta el torneo actual, su impacto se proyecta sobre el trabajo del entrenador Ezequiel Medrán, quien deberá organizar la pretemporada sin certezas sobre los refuerzos disponibles.
El conflicto también tiene un trasfondo político. La deuda con Espínola se generó durante la gestión de José Vignatti, y su reaparición en plena campaña electoral reavivó las críticas hacia el histórico dirigente, actualmente vinculado a la lista de José Alonso. Para los sectores opositores, este episodio refleja las consecuencias de una administración que dejó compromisos económicos difíciles de afrontar.
Por su parte, la conducción actual encabezada por Víctor Godano intenta negociar una salida con el entorno del futbolista, aunque las conversaciones aún no arrojaron resultados concretos. Si no se llega a un acuerdo en el corto plazo, el club deberá abonar la totalidad de la deuda para recuperar su libertad de acción en el mercado de pases, algo complejo en el contexto económico que atraviesa.
En definitiva, la inhibición de la FIFA no solo complica el futuro deportivo de Colón, sino que también impacta de lleno en la escena política del club, que vive semanas decisivas. Resolver este conflicto será clave para mostrar estabilidad institucional y encarar con mayor certidumbre las elecciones que definirán el rumbo del Sabalero.







