La noticia -que venía rondando el ambiente en las últimas horas- fue confirmada a Olé desde el seno del entorno del presidente, quien ya el domingo por la noche terminó de definir que el modo de conducción debía tomar un rumbo diferente. Fue tras la derrota ante Huracán, momento en el que Maurico Serna, Raúl Cascini y Marcelo Delgado (los actuales integrantes del grupo de asesores de JR, quienes estuvieron presentes junto al plantel en el Ducó) se reunieron con Riquelme y a la salida de ese cónclave ya se quedaron con la certeza de lo que en las próximas horas será un hecho.
Un hecho que no será un maquillaje, ya que dejará a dos de esos nombres afuera del club de manera permanente: Cascini y Serna no se reubicarán en otras funciones sino que ya no serán parte de Boca. Sí, en cambio, el Chelo, hombre de absoluta confianza de Román desde sus tiempos de jugador y quien seguirá cerca del mandamás aunque en un rol de menor relevancia que la que lo ocupaba dentro del Consejo.
Esos cambios le darán -en la idea de Riquelme- un marco oportuno a la creación de una nueva figura (un mánager) que estará encarnada en un nombre que aún no está definido, y que si bien contempla la posibilidad de los que sonaron en estas horas (el Mono Navarro Montoya y Beto Márcico), podría también terminar siendo uno que esté fuera de carpeta.
Por qué se termina el Consejo
Cuestionado desde afuera en sus funciones y su rendimiento desde hace tiempo, el Consejo de Fútbol representaba para Riquelme una figura que lo alejaba del día a día de las decisiones y que asumía responsabilidades como las de estar en contacto con el mundo de los distintos mercados de pases y de las negociaciones de compras, ventas y renovaciones de contratos.
La novedad en ese sentido es que en medio de un año en el cual Boca ya perdió cuatro de sus cinco chances de campeonar, transitó por tres mercados de pases en los que sumó 10 jugadores y el equipo no encuentra rendimiento, con la última bala para ganar algo o al menos clasificar a la Copa Libertadores 2026, el presidente xeneize apuntó al Consejo por esa falta de resultados.
La postura de Cascini y Serna y la necesidad de dar un golpe en la mesa
Y así se terminó de decidir la cuestión, que en principio fue bien aceptada, ya que sus propios integrantes le habrían manifestado en los últimos meses la voluntad de dar un paso al costado si era de utilidad.
De todos modos, y más allá de las razones obvias del momento, la necesidad de un golpe en la mesa instó a JR a llevar adelante el hecho. En pos de mostrar que el cimbronazo de la crisis no le es indiferente, y que el sacrificio de dos de sus laderos más cercanos también era una opción como en cada semestre que antecedió lo fueron los entrenadores.
Por otro lado, la falta de resolución en la situación de los jugadores marginados, y el desgaste acumulado con el plantel en general apuntan a que el recambio en la función sea un bálsamo para no seguir aumentando la presión interna que hoy derivó en tener al plantel dividido y en conflictos que salen a la luz minutos después de producidos.
Qué cambiaría con la llegada de un mánager
En ese sentido, la llegada de una nueva figura puede representar un cambio en pos de mejorar el clima interno, aunque quedará por verse si también el cambio incluirá más autonomía en la toma de decisiones en el día a día, en la relación de asistencia mutua con el cuerpo técnico o cuando -por ejemplo- llegue un nuevo mercado de pases y hasta (tarde o temprano) una futura nueva elección de entrenador.
Lo cierto, por ahora, es que la eliminación con Atlético Tucumán fue la gota que rebalsó el vaso. Y que la derrota contra el Globo lo hizo estallar en mil pedazos. Lo que sigue es armar el rompecabezas volviendo a construir. Pedacito por pedacito y aunque algunos hayan quedado heridos
Fuente: Diario OLE
