El aire se corta con cuchillo en River. En una año que ya de por sí venía siendo oscuro, la daga de la eliminación en la Copa Argentina a manos de Independiente Rivadavia terminó de calar hondo y profundizar la crisis del Millonario.
¿Y ahora? La parada contra Gimnasia será determinante, pensando en la tabla anual pero también en lo emocional. El Monumental hablará en un clima caldeado y, en ese contexto, el cuerpo técnico priorizará a los que puedan convivir con el enojo generalizado. Para sorpresa de muchos, un nombre que podría irrumpir en el equipo es un pibe: Cristian Jaime.
Aunque la idea que empieza a merodear por Núñez es que los experimentado deberán ‘hacerse cargo’ -como alguna vez le supo decir Marcelo Gallardo a Juan Fernando Quintero- del «momento de mierda», también hay un pequeño resquicio para el desparpajo, la desfachatez y un juvenil que rompa el molde.
La sensación interna en los últimos días, que se ratificó con el positivo ingreso en el segundo tiempo contra Independiente Rivadavia, es que Jaime cumple con esas condiciones. Lo ven «muy bien», más maduro futbolísticamente y con características en el uno contra uno que hoy no abundan en el plantel de River.
Esos 45 minutos en Córdoba, donde fue uno de los pocos aprobados (intentando, encarando y buscando hasta el final) en una coyuntura futbolística adversa, lo ponen en carrera como posible titular para el domingo contra Gimnasia.
El correr de la semana (la más difícil desde que Gallardo es DT del Millonario) brindará un panorama más claro en relación a los once que se plantarán en el Monumental tras la eliminación en la Copa Argentina. A esta hora, el presente de Jaime lo perfila con posibilidades concretas de ser parte de un equipo que deberá dar la cara ante el hincha de River.
