El escándalo que rodea a la AFA deja al descubierto un entramado de dinero, favores y decisiones arbitrarias que compromete la institucionalidad del fútbol argentino. Según dirigentes y analistas, el presidente Claudio “Chiqui” Tapia enfrenta la pérdida de autoridad tras los recientes allanamientos en la central del fútbol y sedes de varios clubes, en medio de denuncias sobre préstamos irregulares y manejo opaco de fondos.
El conflicto trasciende lo económico: se cuestiona la transparencia de torneos creados por la AFA y la credibilidad de los árbitros, mientras los jugadores de la selección permanecen al margen de la crisis. Expertos coinciden en que la solución no puede venir del fútbol mismo, sino de la política, aunque con fuertes restricciones por las normas de la FIFA y la cercanía del Mundial 2026.
El caso ya involucra a varios jueces federales, y la investigación apunta a posibles delitos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, dejando al descubierto un sistema que mezcló negocios, poder y favores políticos durante años. Para muchos, el episodio marca el inicio de un cambio profundo en la conducción del fútbol argentino, un “principio del fin” para Tapia y su círculo.
Mariano Solá, El Litoral
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