El entrenador, quien fue despedido del Calamar este domingo tras la caída por 3-0 ante Independiente el viernes pasado, aclaró que igualmente no se iba enojado con los dirigentes.
El Kily González, quien fue despedido como entrenador de Platense este domingo después de la derrota por 3-0 frente a Independiente el viernes pasado, reveló: «Estoy triste, no me quería ir».
«Hay muchas lágrimas en el medio, pero es fútbol y sabemos que pueden pasar estas situaciones», reveló el técnico de 51 años en una nota con ESPN, aunque aclaró: «Lo importante es lo que uno deja en los jugadores. No me voy enojado con los dirigentes, al contrario. Que me viniera a buscar el último campeón del fútbol argentino era un desafío para ver dónde estábamos posicionados. No salió como esperábamos, pero ojalá pueda volver rápido a una cancha».
En el Calamar, el DT sumó dos victorias, cinco empates y siete derrotas en 14 partidos, resultados que desencadenaron en su salida. «El fútbol es ganar y, especialmente el último partido, no fue lo que habíamos previsto. En base a eso uno entiende que los resultados no eran los que habíamos buscado en todo el campeonato, por eso se tomó la decisión de echarme. Hay que aceptarlo», expresó el Kily.
Más allá del flojo presente del conjunto de Vicente López, que está 13° en la zona B con 11 puntos, lejos de los playoffs, el extécnico de Rosario Central y Unión remarcó: «No me quería ir, en mi vida nada fue fácil y los desafíos me gustan. Siempre trato de cumplir mi contrato y esto se lo manifesté al presidente ayer, pero iban más allá de mis ganas de continuar. Entiendo la postura de ellos. Como pasa en el fútbol, se saca al entrenador y es totalmente respetable«.
El Kily, quien en sus etapas anteriores se había caracterizado por durar mucho en el cargo (68 partidos en el Canalla y 77 en el Tatengue), tuvo que reemplazar a la dupla compuesta por Favio Orsi y Sergio Gómez, quien decidió no continuar tras conquistar el Apertura, pero los números lo acompañaron.
