Aunque la mira de River está enfocada en el duelo del próximo viernes ante Independiente Rivadavia, por las semifinales de la Copa Argentina, Marcelo Gallardo sabe que hay otra fecha clave que se avecina: el superclásico. Y de cara al cruce ante Boca, hay una alarma encendida por las cuatro amarillas que acumulan Lucas Martínez Quarta y Lautaro Rivero.
Tras muchos altibajos en el nivel de la mayoría de los defensores durante todo el año, estos dos centrales se convirtieron en la zaga titular, a pesar de que el zurdo jugó de lateral izquierdo en Córdoba. Justamente en ese duelo ante Talleres, los dos vieron la tarjeta amarilla por cuarta vez en las 13 fechas del Torneo Clausura y quedaron a solo una más de ser suspendidos por un partido.
El encuentro frente a Gimnasia por la 14ª fecha es de enorme trascendencia, y Marcelo Gallardo va a apelar a lo mejor que tiene a disposición. Más allá de lo que suceda en Copa Argentina, River necesita mantenerse a tiro en la tabla anual para asegurarse un pasaje a la Copa Libertadores, además de acomodarse en la mejor posición posible del Grupo B, para poder acceder a octavos y definir de local.
Lo más probable es que este viernes, Martínez Quarta y Rivero vuelvan a conformar la dupla central por Copa Argentina y repitan ante el Lobo en el Monumental. En ese cotejo, ambos deberán cuidarse de no ser amonestados o se perderán el superclásico en la Bombonera, uno de los objetivos que le quedan vigentes al equipo en lo que resta del año.
Para River, el superclásico ante Boca adquiere una importancia inmensa, no solo por el partido en sí, sino también por la lucha con el clásico rival por quedar mejor posicionado en la tabla anual. Más allá de que para ese entonces tendrá definido si estará clasificado a la final de la Copa Argentina o no, el Muñeco sabe que el superclásico cuenta como un objetivo en sí mismo. Por eso, llegar con todos los nombres a disposición será muy importante.
