River se fue de la Bombonera derrotado, sumido en una muy profunda crisis futbolística, al borde de quedarse sin Copa Libertadores y, encima, preocupado por la lesión de Maximiliano Meza. El mediocampista dejó la cancha ante Boca entre lágrimas y el diagnóstico tras los estudios clínicos no fue alentador: avulsión del tendón rotuliano de su rodilla izquierda, quirófano y una larga recuperación.
En un principio se temió que se tratara de una rotura, y finalmente fue un desprendimiento. En otras palabras, el tendón que une la tibia a la rótula se soltó en uno de sus dos extremos, sin ruptura ni, a priori, ningún desprendimiento óseo. Ahora, el correntino de 32 años deberá ser sometido a una intervención quirúrgica y, a priori, tendrá para alrededor de tres meses de rehabilitación.
Aunque todavía resta el obligado paso por el quirófano y el comienzo de la recuperación, en River hubo incluso cierto alivio, ya que en un principio se temió que podía llegar a estar hasta 10 meses fuera de las canchas. Habrá que ver cómo responde a la operación y cómo arranca su vuelta a los entrenamientos, pero desde Núñez bajó el grado de dramatismo respecto a la lesión.
Meza venía de ser operado por una tendinitis rotuliana en esa misma rodilla izquierda tras el Mundial de Clubes. Recién ante Sarmiento había vuelto a sumar minutos y, de a poco, fue sumando minutos. Volvió a la titularidad ante Boca y el desenlace fue el menos deseado. Apenas 30 minutos en cancha y tuvo que salir por una lesión peor a la que había sufrido anteriormente.
Jugador pedido por Marcelo Gallardo, Maxi tiene la capacidad de aportarle ida y vuelta, desequilibrio y llegada al gol. Siempre que estuvo disponible, el Muñeco lo utilizó por su versatilidad y su capacidad ofensiva. Como interno o más por afuera, las posibilidades que otorga el ex-Gimnasia e Independiente lo hacían un valor importante en el plantel. Ahora, habrá que esperar a 2026 para ver cómo regresa de una nueva cirugía.
