La selección argentina de rugby cayó este domingo 27-23 frente a Inglaterra en el histórico Twickenham Stadium de Londres, en el que fue el último compromiso internacional del año para el equipo dirigido por Felipe Contepomi. El duelo, correspondiente a la ventana de noviembre, dejó sensaciones contrapuestas: pese a la derrota, Los Pumas mostraron carácter, reacción y pasajes de muy buen juego ante una de las potencias del rugby mundial.
El encuentro llegaba precedido por un gran momento del seleccionado argentino, que venía de conseguir dos triunfos resonantes frente a Gales y Escocia en su gira por el Reino Unido. Sin embargo, Inglaterra —que arribaba con la moral en alto tras vencer a los poderosos All Blacks— impuso condiciones en los momentos clave y aprovechó al máximo sus oportunidades.
Durante el primer tiempo, el combinado local marcó el ritmo del partido con un juego físico y efectivo, apoyándose en la precisión de su pack y en la puntería de su pateador. Los Pumas resistieron con orden, pero algunos desajustes defensivos permitieron que los ingleses se fueran al descanso con ventaja.
En la segunda mitad, Argentina salió con otra energía, logró acortar distancias y presionó a la Rosa con un juego más dinámico. Un try argentino devolvió la ilusión y llevó el partido a un cierre vibrante, aunque finalmente Inglaterra sostuvo la ventaja y selló el 27-23 definitivo.
Pese al resultado adverso, el balance de la gira deja puntos altos para Los Pumas: consolidación de nuevos nombres, crecimiento del sistema y un nivel competitivo que permitió pelear de igual a igual contra tres selecciones tradicionales del hemisferio norte. Contepomi y su staff ya apuntan al 2026, con un calendario cargado y el objetivo claro de seguir fortaleciendo la identidad del equipo.
Los Pumas regresarán al país en los próximos días y volverán a reunirse en el inicio de la próxima temporada internacional. El cierre del año, más allá de la derrota en Londres, los encuentra con una valoración positiva y una base sólida para lo que viene.
