La preocupación que se había instalado en Unión tras la lesión de Lautaro Vargas encontró un punto de alivio en las últimas horas. Según fuentes extraoficiales vinculadas al club, los primeros estudios arrojaron que el lateral derecho sufrió un esguince de rodilla, sin compromiso ligamentario. Una noticia que trae tranquilidad tanto en lo deportivo como en lo económico, ya que Vargas es considerado una de las principales cartas de venta para el próximo mercado de pases.
Todo ocurrió a los 19 minutos del segundo tiempo, en el cruce ante Gimnasia por el inicio de los playoffs del Torneo Clausura. Vargas —una de las máximas proyecciones comerciales junto a Mateo Del Blanco— disputó una pelota en zona defensiva y, tras apoyar la pierna derecha, cayó con visibles gestos de dolor. Apenas se reincorporó, pidió el cambio, lo que encendió las alarmas en el cuerpo técnico y médico.
Desde la transmisión oficial se informó que la primera evaluación médica determinaba un esguince en la rodilla afectada. Sin embargo, debían esperarse los estudios complementarios para descartar lesiones más complejas. Finalmente, las novedades trajeron alivio: no hay daño ligamentario y, de no mediar complicaciones, la recuperación sería considerablemente menor a la temida en un primer momento.
El lateral, proveniente de Defensa y Justicia, cerró un notable 2025 desde lo futbolístico, consolidándose como titular y despertando interés de varios clubes del exterior y también del mercado local. Unión proyectaba su posible salida para generar ingresos clave de cara al próximo ciclo, por lo que una lesión grave podía haber frenado cualquier negociación.
En el seno rojiblanco no ocultaban la inquietud: la caída de una transferencia de este calibre podría haber impactado en la planificación económica y deportiva. Sin embargo, con el nuevo diagnóstico, la expectativa vuelve a ser positiva.
Si bien todavía restan definir los tiempos de recuperación, el escenario cambió rotundamente. De un posible parate prolongado a un panorama de retorno paulatino, siempre bajo supervisión médica. El hermetismo sigue siendo parte del protocolo, pero puertas adentro el mensaje es claro: Unión respira.
En tiempos donde cada activo cuenta, la rodilla de Vargas vuelve a estar firme. Y con ella, las perspectivas del club para el futuro inmediato.
