La presión que impone la cuenta regresiva de cara al cierre de alianzas electorales y el armado de las listas camino a septiembre y octubre pone a la administración libertaria en una situación de espera.
“Esto de que tengamos elecciones cada dos años complica a cualquier gobierno. No se puede estar en campaña permanente buscando limar al presidente de turno y poniendo palos en la rueda todo el tiempo… ¡es una locura!”, dejó flotando en el aire uno de los hombres cercanos a la mesa chica libertaria, tras ser consultado por El Litoral sobre la percepción que tiene el mileísmo con respecto a la incertidumbre que generan los próximos comicios de medio término.
El comentario recordó los dichos del vicejefe de Gabinete, José ‘Cochi’ Rolandi, que hace diez meses le planteó a los inversores, a los que les achacó estar aguardando saber qué chances tiene Milei de renovar mandato en 2027: “Tomamos riesgos, dimos un primer paso, tomamos un montón de medidas que son políticamente antipáticas para ordenar la macroeconomía, pusimos un montón de recursos en el Congreso y conseguimos reformas trascendentales y fuertes en hidrocarburos, en impuestos, en el RIGI, y lo que necesitamos es que las empresas den este paso, que es invertir, generar actividad, generar trabajo”. Este reclamo se reiteró varias veces desde el alto funcionariado nacional, sin embargo, el año electoral fue imponiendo su agenda y complicando la capacidad de acción a la hora de motorizar la actividad económica en los términos que requiere la Casa Rosada.

En esa exposición, el segundo de Guillermo Francos, fue sentencioso al exponer que, “es claro hacia dónde queremos ir. Vamos hacia la libertad, hacia el libre mercado. Entendemos que esto es una demanda de todo el sector privado, pero si el sector privado no da el segundo paso, esto se cae”. Ese discurso sigue vigente en el seno del Gobierno, pero atravesado por la necesidad de tener que plebiscitar lo hecho hasta ahora para poder avanzar con un plan económico que, según expresan los principales opositores, se sostiene en base a endeudamiento y ajuste.
“La motosierra no asusta al electorado, porque la gente sabe que apunta a los gastos superfluos con los que el populismo mantuvo sus privilegios”, opinó un alfil de la Secretaría General, que tiene a su máxima exponente -Karina Milei- dedicada a captar el sufragio de los macristas desencantados, y de esa manera forzar a los dirigentes del Pro a aceptar las reglas del más fuerte.
“Los amarillos saben que a su espacio les llegó la fecha de vencimiento y tienen que adaptarse a la nueva realidad”, consignó un armador provincial de La Libertad Avanza que salió a refrendar que “quienes definen nuestra estrategia partidaria son Karina, Martín y Lule (Menem) con Sebastián (Pareja) en la provincia de Buenos Aires. Santiago (Caputo) aporta lo suyo pero no tiene injerencia directa en asuntos que necesitan coordinación efectiva desde los territorios”, enfatizó.
La declaración va en línea con la lejanía que la comandancia violeta parece querer imponer al sector de ‘Las Fuerzas del Cielo’, que elucubró postulaciones en territorio bonaerense cuando Cristina Kirchner todavía estaba en carrera. Desde el despacho del principal asesor de Javier Milei reconocen que no participan “directamente” en la toma de decisiones electorales.
Tire y afloje
En Balcarce 50 se nota que en estas semanas la coyuntura forzó un reparto de funciones a partir de cuestiones tales como la insurrección de los gobernadores, que por estas horas están dedicados a avalar todo proyecto que apremie a la Nación, debido a que no reciben respuestas a los requerimientos de fondos que vienen haciendo a partir de la baja recaudatoria –y de reparto- en materia de Coparticipación. Cuestión que afecta a sus administraciones en plena batalla comicial.
Los caciques distritales demostraron que con sus legisladores en ambas cámaras tienen poder de fuego para motorizar todo aquello que los mileístas consideran “atentar contra el equilibrio fiscal”. Nos referimos a las iniciativas que promueven subas jubilatorias, moratoria, emergencias en las áreas de discapacidad y salud, así como el financiamiento a las universidades. Incluyendo en ese paquete la normativa impulsada por las 24 jurisdicciones federales que propone repartir el impuesto a los combustibles y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
“Vetar lo que apruebe el Congreso no es un ejercicio placentero. Lo que tienen que entender las provincias es que la gente votó un cambio y que es su obligación administrar bien los recursos que tienen y así no estar dependiendo siempre del Estado nacional”, apuntó a este diario un colaborador ministerial, que a la vez adelantó que, “más allá de esta apreciación, se está tomando contacto con una serie de gobernadores para armar una hoja de ruta que reordene las prioridades sin tener que caer en judicializaciones inútiles o bloqueos parlamentarios innecesarios”.
El paper de JP Morgan
Como circuló en todo el arco político, los analistas del JP Morgan emitieron un informe titulado ‘Tomando un respiro”. En ese paper explicitaron que, «con el pico de ingresos agrícolas ya atrás, la probabilidad de salidas continuas por turismo, posibles ruidos electorales y cierto bajo rendimiento del peso que motivó intervenciones cambiarias en el dólar futuro, preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver”.
En Casa de Gobierno y el Palacio de Hacienda salieron a cruzar el ruido de la publicación con los dichos del economista en jefe de ese banco internacional que es el que más escuchan los mercados, nos referimos a Diego Pereira.
“Lo más importante sigue siendo el ancla fiscal. Van a seguir existiendo ajustes. El equipo económico hizo una labor titánica y no creo que haya cambios. El mercado está muy conforme con lo que hicieron”, rescataron de las declaraciones del funcionario de la entidad en el entorno del ministro Luis Caputo, que no pasó por alto que Pereira también expuso: “Esperamos que el oficialismo tenga una buena elección en octubre y consolide las reformas y el superávit fiscal”, añadiendo que, “si al Gobierno le va bien como esperamos, no solo van a haber mayores flujos del RIGI, sino también de inversión extranjera directa”.