Por un lado Federico Sturzenegger le planteó a los empresarios del Coloquio de Idea que ya no le pidan bajar impuestos sino reducir el gasto, porque eso impacta en la inflación que es el gravamen que más afecta a los que menos tienen y a la competitividad.
Por otro lado los empresarios dejaron en claro que no pueden funcionar si la carga tributaria de una empresa promedio del sector formal en la Argentina tiene por carga al 100% de sus utilidades, lo que la hace inviable, según el reporte de Idea.
Más allá del momento político en el que unos y otros reconocen la virtud de la baja del gasto y el superávit fiscal, temas como los costos no salariales en el plano laboral y los impuestos distorsivos, entre ellos Ingresos Brutos, son materia de tensión. Los empresarios piden eliminar ese impuesto que en agosto representó el 84% de los recursos propios en la provincia de Santa Fe.
En distintos paneles se puso el espejo de lo que está haciendo Brasil con una «tributación nacional en cascada» que reúne en un Iva común a los tres niveles del Estado, estableciendo compensaciones a los «perdedores». En la Argentina hay 195 impuestos, pero solo 12 recaudan 95%, sin contar miles de alícuotas diferenciales según los casos.
«Nos estamos asfixiando»
Matías Sturt, economista en jefe de Inveq y docente de Ucema, detalló los «impuestos súper distorsivos» que en los países de la OCDE recaudan menos del 1% del PBI; en Latinoamérica menos del 2% y en la Argentina casi 10 puntos del PBI». «Nos estamos asfixiando en lugar de salir a competir en el mundo», advirtió María Inés del Gener, directora de Idea y CEO de Deloitte; fue además una de las mucha voces que apuntó en la necesidad de trabajar en los nieveles de evasión que genera la alta carga fiscal.
En la Argentina los «distorsivos» se concentran en las retenciones a las exportaciones, aranceles a importaciones, el País a punto de desaparecer, el impuesto al cheque e Ingresos Brutos más tasas municipales. «Más del 30% de lo que recaudan los Estados nacional y provincial proviene de estos impuestos nocivos para la competitividad»
Sturt sumo a eso la «vorágine de tasas municipales en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Neuquén y Río Negro». El especialista reseñó que en una tonelada de soja, 65% son impuestos, en una gaseosa 48%, en una habitación de hotel casi 40%. Pero dijo que los gravámenes menos eficientes son hasta 60% de esos totales.
El juego de las diferencias
Daniel Artana, economista en jefe de FIEL, advirtió en otro panel que «los impuestos distorsivos representan 30% de la recaudación, pero el peso en cada nivel de gobierno es muy distinto: son menos del 20 % de la recaudación del gobierno nacional, 85% de la recaudación propia de las provincias (IIBB y Sellos) y en los municipios la Tasa de Seguridad e Higiene es un poco menos de la mitad»
El especialista señaló que Ingresos Brutos y Cheque son «por falta de visibilidad, atractivos para los políticos». Recordó además que en el caso del Estado Nacional, «los distorsivos (sobre todo retenciones) no los comparte con las provincias».
Artana sugirió como salida bajar gastos tributarios y al mismo tiempo ofrecer rebajas en aportes patronales -para desalentar la informalidad laboral de 40%- pero sólo en aquellos distritos subnacionales que pongan ciertos límites a ingresos brutos y tasas. «Zanahoria y garrote», sintetizó. También sugirió la devolución de Iva a exportadores.
El problema de la incumplida reforma a la ley de coparticipación -mandato constituyente del ’94- no estuvo ausente del debate. Guido Zack, director de Economía de Fundar, planteó supeditar las transferencias a los cumplimientos de responsabilidad fiscal, mientras que María Inés del Gener señaló la alternativa de los pactos federales «que funcionaron por un tiempo» como hijos del acuerdo político. «No creo que no tengamos chances», enfatizó.
Con información de El Litoral
