A dos semanas de asumir su papado León XIV, el arzobispo de Santa Fe, Sergio Fenoy ofrece algunas miradas en clave para intentar dilucidar cuáles pueden llegar a ser los propósitos del flamante Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, y qué impacto pueden llegar a tener sus decisiones en la sociedad. En una entrevista con El Litoral, realizó también una suerte de balance del papado de Francisco, habló de su legado y dijo en ese sentido que “no sería posible hoy un León XIV si no hubiese existido antes Francisco”.
Mons. Fenoy, quien se encontraba en la asamblea de la Conferencia Episcopal en Buenos Aires cuando hubo “fumata blanca”, recibió este jueves al mediodía en el Arzobispado a El Litoral, luego de haber celebrado el lunes su cumpleaños 66, y el miércoles, 26 años como obispo. El saludo entonces fue la excusa para lanzar la primera pregunta.

-El papa Francisco lo llamaba cada año para saludarlo personalmente por su cumpleaños, ¿esta vez extrañó ese gesto?
-No, porque siempre viví el saludo de Francisco como un regalo, y a veces los regalos llegan mientras que otras, no; porque un regalo es algo gratuito. Lo recibí con agradecimiento cuando estuvo y ahora que no está, lo vivo con un poquito de nostalgia. Disfruté mucho el tiempo en el que pude conocerlo y trabajar con él, y puedo volver en cualquier momento, para repasar sus gestos, sus bromas y sobre todo sus palabras y su magisterio.
Fenoy fue fue secretario de Jorge Bergoglio (luego papa Francisco) en la Conferencia Episcopal Argentina durante cinco años, siendo él Arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia.
-Con el transcurrir de los años se comprenderán más, quizá, los signos del papado de Francisco, pero a poco de su partida, ¿que puede decir al respecto? ¿Cómo fue su papado?
-Me animo a decir que no sería posible hoy un León XIV si no hubiese existido antes Francisco. Muchos gestos, actitudes y palabras del nuevo papa que han gustado tanto al mundo y en particular a la Iglesia llegan hoy tras el camino recorrido por Francisco.
Es evidente que en la historia de la Iglesia hubo papas malos, menos malos, buenos y muy buenos; más o menos santos. Pero Francisco abrió la Iglesia a un camino de encuentro con los que estaban más lejos, con un magisterio muy sencillo, claro y directo, sobre todo con algo muy argentino, que es la afabilidad. Porque los argentinos somos un poco vanidosos, orgullosos, sobre todo los porteños, pero tenemos esa afabilidad, esa picardía y cercanía que es muy argentina, y eso le hizo mucho bien al pontificado de Francisco.
Podemos decir que el aporte de Francisco ha sido instaurar una cultura del encuentro, en un sentido muy amplio. Y en ese encuentro él insistió en prestarle mayor atención a los descartados, desechados, marginados y aquellos que se sentían extraños a la Iglesia o lejos de ella. La cultura del encuentro fue el corazón del magisterio de Francisco.
-¿Qué cuenta pendiente le quedó a Francisco?
-Creo que son dos. La primera fue no poder profundizar un poco más la reforma de la Iglesia sinodal, este caminar juntos en una misma dirección con mucho espíritu de comunidad. La corresponsabilidad en la que todos nos hacemos responsables, todos podemos hacer algo, cada uno en su lugar, porque tenemos distintos servicios. Y en un clima fraterno y de comunión. En ese sentido Francisco hizo mucho pero quizá faltó un poquito más.
Apertura
La sinodalidad se refiere a un enfoque de la Iglesia Católica que enfatiza la participación de todo el pueblo de Dios en la vida, misión y decisiones de la Iglesia, en lugar de una estructura jerárquica cerrada.
-¿Y la segunda cuenta pendiente?
-Y la otra cuenta pendiente fue no haber podido concretar su viaje a Argentina. Creo que personalmente lo sufrió. A veces uno no puede manifestar todas las razones de una decisión. Cuando juzgamos desde afuera nos equivocamos siempre. Y Francisco fue siempre muy juzgado sobre esta decisión. Y no podemos juzgar a él ni a nadie sobre sus intenciones.
-¿Los argentinos generaron las condiciones para que Francisco decida venir?
-No se si es algo de eso. Creo que la gente lo esperó, la Iglesia lo invitó y no se dio. Son esas cosas de la vida que se dan o no se dan, y no se dio. Nosotros nos quedamos con ese deseo, no digo decepción, porque me parece una palabra muy fuerte, pero sí con algo que no se dio. Y Francisco se quedó con el dolor de no poder concretarlo. Quizá cuando estaba más decidido en venir la salud no se lo permitió.
-Antes de ser León XIV, Prevost visitó dos veces Argentina, en 2004 y 2013, ¿cree que volverá ahora como Sumo Pontífice?
-Es posible, sí. Primero, porque seguramente vendrá a Perú, y como estaba cerca del papa Francisco, porque fue su colaborador, también estaba al tanto de este deseo de venir a Argentina. Así que quizá cumpla él lo que no pudo hacer Francisco, y venga, porque cuando los papas viajan a un país tratan de visitar dos o tres de la región. No descarto la posibilidad.

Mirada latina
El nuevo Papa, León XIV, es Robert Francis Prevost, nacido en Chicago en 1955. Es el primer pontífice de nacionalidad estadounidense y también peruana, ya que vivió y trabajó en Perú durante décadas, donde fue obispo de Chiclayo y adquirió la ciudadanía en 2015.
Miembro de la Orden de San Agustín, es el primer papa agustino en la historia. Antes de su elección, fue prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
En su misa de entronización, celebrada el 18 de mayo en la Plaza de San Pedro ante más de 500 mil personas, León XIV se presentó como un "hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría", enfatizando la humildad y la fraternidad como pilares de su pontificado.
Su enfoque pastoral busca una Iglesia unida y abierta al diálogo, promoviendo la inclusión y la participación activa de laicos y mujeres. Expresó su compromiso con la paz mundial, ofreciendo al Vaticano como sede para negociaciones entre Ucrania y Rusia, y mantuvo encuentros con líderes internacionales para abordar conflictos globales.

“A mí me sorprendió primero su persona”, dijo Mons. Fenoy. Luego, que “tuvo inmediatamente una gran aceptación popular de la Iglesia y creo que también en general, de la sociedad”, agregó. “Con su perfil, discreto, afable y muy sensible, estableció una corriente de simpatía. Y ello da mucha empatía”.
Mirando al papa
“Yendo más hacia el interior de León XIV, es una persona culta”, lo describió el arzobispo santafesino, porque “recibió una excelente formación, habla varias lenguas, leí que dio dos veces la vuelta al mundo misionando, y por haber sido superior de una Orden religiosa muy importante durante 12 años tiene capacidad de gobierno. Cultural y humanamente es una persona muy rica”.
Respecto de lo sacerdotal, Mons. Fenoy destacó que antes de ser papa León XIV haya elegido misionar. “Pudiéndose quedar en su patria (EEUU) con su espíritu misionero eligió ir a Perú, un pueblo tan castigado, y estuvo muchos años allí. Eso lo acerca mucho a nosotros. Ha estado cerca de la pobreza y conoce el talante latinoamericano, nuestro modo de ser y nuestra espiritualidad”.
Si se hurga en lo profundo del ser del nuevo papa, “creo que es un creyente convencido”, lo definió el arzobispo local, porque “una de sus palabras que más repitió en sus primeros mensajes es el amor, lo que lo define en su espiritualidad agustiniana. Amor a Dios, a Jesús y entre nosotros. Tengo la impresión que estamos ante un hombre profundamente creyente, coherente y auténtico. Son signos muy fuertes”.
León
La elección de León XIV como papa número 267 de la Iglesia Católica se produjo el 8 de mayo pasado, tras el fallecimiento de Francisco. Eligió el nombre de León XIV en honor al italiano León XIII -fue papa de 1878 a 1903-, conocido por su compromiso con la justicia social durante la Revolución Industrial.
Fue justamente León XIII el autor de la enciclica bisagra, la Rerun novarum (1891), texto fundacional de la doctrina social de la Iglesia. El documento defiende los derechos de los trabajadores, condena los abusos del capitalismo y del socialismo, y propone el derecho a la propiedad privada, la justicia social y el salario justo, la necesidad de organizaciones obreras, y el papel del Estado como garante del bien común. Es un llamado al equilibrio entre capital y trabajo, basado en la dignidad humana y la solidaridad.

-León XIV reivindica a León XIII, un papa con un fuerte compromiso social. ¿Qué implicancias tiene esto para la Iglesia?
-Exactamente, y eligió su nombre porque León XIII tuvo que hacer frente a la revolución industrial y ahora él tendrá que hacer frente a la revolución de la inteligencia artificial -lo comparó Mons. Fenoy.
Fake papa
A propósito de ello, esta semana el Vaticano debió desmentir un supuesto mensaje del papa al presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré. Fue un video de 36 minutos subido a YouTube generado con inteligencia artificial. Se utilizaron imágenes de la audiencia del Papa León XIV con periodistas, celebrada el lunes 12 de mayo. El video fue manipulado mediante morphing, una técnica que ajusta digitalmente el movimiento de los labios para hacer coincidir las palabras falsas con la imagen. “Pobre hombre”, dijo Mons. Fenoy sobre esta fake news, “esto es una locura”, lo calificó luego.
Un guiño elíptico para Santa Fe
El nuevo papa eligió ser León XIV para honrar a León III. Y la diócesis de Santa Fe fue elegida por León III con la bula In Petri Cathedra, el 15 de febrero de 1897, separando de la diócesis de Paraná (hoy arquidiócesis) la provincia de Santa Fe y los territorios nacionales de Formosa y del Chaco.
-¿Cuáles son los desafíos de la diócesis de Santa Fe en este nuevo papado?
-Seguimos trabajando en este orden de la sinodalidad que nos pidió el papa. No es sencillo. Hay que cambiar muchas conductas y actitudes. La corresponsabilidad es nuestro desafío, sin perder cada uno su lugar y abriéndose al pensamiento de los demás. Queremos privilegiar los equipos, visitar las comunidades con la ayuda del obispo auxiliar (Mons. Matías Vecino) y sosteniendo la pastoral ordinaria en este año jubilar, año santo, con la renovación espiritual de la comunidad.
¿Qué palabras definieron a Francisco y cuáles, a León XIV?
“Para Francisco, encuentro y pobreza. El encuentro era fundamental, sobre todo con los lejanos y los pobres. Y León insistirá con lo mismo, pero en el encuentro que supera divisiones y fragmentaciones. Va a favorecer el diálogo y el encuentro hacia adentro de la Iglesia para que podamos entendernos mejor. Así que las palabras son encuentro y paz.
-Por último, ¿viajará a Roma a conocer al papa León XIV?
-No. Creo que pronto tendremos la visita que cada tanto hacemos los obispos. En el código de derecho canonico se indica que debe realizarse cada cinco años, pero depende del papa y de sus actividades. La última vez viajamos en 2019, así que debería ser pronto.