El gobierno santafesino alcanzó un 60% de cobertura con dos dosis en la población objetivo del operativo de vacunación contra el dengue. De las 136 mil personas, el grupo más difícil de alcanzar fue el de adolescentes de entre 15 y 19 años (sólo 38,5% del total previsto) y quienes más se plegaron a la propuesta fueron las personas mayores de 40 años (72%).
Según explicó a Mirador Provincial, la directora provincial de Promoción y Prevención de la Salud, Analía Chumpitaz, es clave colocarse las dos dosis de la vacuna Qdenga. “La vacuna no reemplaza los cuidados básicos como el uso de repelente o la eliminación de criaderos de mosquitos. Además, no ofrece protección frente a enfermedades como zika, fiebre amarilla y chikungunya (también transmitidas por el mismo mosquito)”, señaló a pocos días del inicio de la primavera.
Objetivo, dos dosis y resistencias
El dengue dejó de ser una enfermedad limitada a los meses de calor. Desde 2009, cuando se registraron los primeros casos autóctonos en Santa Fe, el mosquito Aedes aegypti expandió su presencia a lo largo del territorio provincial. Hoy, la circulación viral es continua y las ciudades más pobladas ya reportan brotes sostenidos año tras año. Incluso 2023 y 2024 fueron años sumamente duros para la región.
Como respuesta, el gobierno santafesino creó el programa Objetivo Dengue, que desde septiembre de 2024 integra acciones de diferentes ministerios con un presupuesto de 8 mil millones de pesos. Entre ellas, comprar y colocar vacunas Qdenga dentro de un esquema de investigación poblacional no obligatoria, a las que se destinó la mitad de ese capital y empezó por los distritos con tasas de incidencia más altas: General Obligado, San Cristóbal y 9 de Julio. Por decisión de las autoridades se sumaron Rosario, Santa Fe y Rafaela y se definieron etapas y población objetivo.

La primera etapa fueron adolescentes de 15 a 19 años. La segunda, personal de salud, bomberos y policías. La tercera, trabajadores del sistema de salud y del servicio penitenciario. La cuarta, trabajadores de municipios y comunas, además de personas que ya habían tenido dengue, fueran estas hospitalizadas o no, pero con certificado. La quinta, integrantes del operativo de seguridad Plan Bandera de Rosario, que desde 2023 y en coordinación con fuerzas federales despliega diferentes acciones ligadas a la seguridad en la ciudad.
“Lo que más nos costó fue el grupo más joven, que llegó a una cobertura de 38,5% con dos dosis, un número bajo aunque mayor al de otras provincias que iniciaron estrategias similares. En cambio, en los mayores de 40 años alcanzamos una cobertura del 72%, lo que muestra un compromiso mayor en quienes ya vivieron experiencias directas de la enfermedad”, explicó Chumpitaz a este medio, y agregó que en el rango de 20 a 30 años la cobertura fue del 54%.
En el global, y a casi un año de iniciadas las vacunaciones, el gobierno alcanzó a vacunar al 60% de quienes querían con las dos dosis. Rosario fue la ciudad donde más se aplicaron, lo que responde tanto al tamaño de su población como a la intensidad de los brotes recientes.
Uno de los puntos que más preocupa a los equipos de salud es la falta de continuidad en la aplicación del esquema completo. “Es importante recordar que sin las dos dosis la cobertura que brinda la vacuna baja con el tiempo. La vacuna evita en un 80% los casos muy graves y en un 60% los moderados, pero esa protección sólo se logra si el esquema se completa”, subrayó Chumpitaz.
Esa dificultad se profundizó en los sectores más jóvenes, que mostraron menor predisposición a regresar por la segunda dosis. Según la funcionaria, quienes más se vacunaron fueron las personas que comprendieron de forma directa lo que significa un proceso grave de salud, ya sea porque lo vivieron en carne propia o porque vieron a un familiar atravesar complicaciones serias por dengue.
Consultada por lo que pasa por fuera de la población objetivo del programa y las instancias de vacunación en centros de salud privada, Chumpitaz respondió: “Es fundamental que quienes no fueron alcanzados por el plan del gobierno y accedieron de forma privada puedan dejar asentado el registro. Existe un sistema integrado de información de vacunas. Si se lo aplicaron en una farmacia, deben ir a los vacunatorios para cargar la información y así poder diseñar políticas públicas con los mejores datos posibles”.
El registro también es clave para monitorear posibles efectos adversos. “Si la persona tuvo un efecto indeseable, debe notificarlo a un médico para que este traslade la alerta al sistema”, agregó.

La vacuna no reemplaza el resto de los cuidados
“Se ha puesto mucho énfasis en la vacuna, pero durante mucho tiempo tuvimos otras estrategias. La vacuna no reemplaza los demás cuidados que hay que tener. Porque, además, no cubre otras enfermedades transmitidas por el mosquito como la fiebre amarilla, el zika o la chikungunya”, remarcó Chumpitaz sobre los cuidados cotidianos que deben tener las personas: usar repelente, limpiar todo espacio donde pueda alojarse agua y se reproduzca el mosquito, entre otras.
Por eso, la estrategia del gobierno es interministerial e incluye campañas educativas en escuelas, además de trabajos coordinados con municipios y comunas para el descacharrado, y acciones de comunicación para reforzar la importancia de los cuidados individuales.
Consultada sobre la continuidad del plan de vacunación en 2025-2026, la funcionaria dijo: “Todavía no tenemos una definición para esta temporada. Hay muchos componentes, líneas de acción y conversaciones en la mesa interministerial. Lo que sí es fundamental recordar es que una sola dosis no brinda la cobertura buscada y que, más allá de la vacuna, la responsabilidad individual y comunitaria sigue siendo central”.
