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El FMI calculó el impacto de los aranceles de EEUU sobre la Argentina: exportaciones, riesgo país, reservas e inflación

El FMI se pronunció acerca de las negociaciones con Argentina para adecuar el programa.

El informe del staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) correspondiente a la primera revisión del último programa con la Argentina incluyó un recuadro especial dedicado a evaluar los posibles canales y el impacto de los aranceles aplicados por Estados Unidos y el aumento de la incertidumbre global. El Gobierno de Javier Milei asegura que mantiene negociaciones por un régimen especial.

En primer lugar, el documento destacó que EEUU ocupa el tercer lugar entre los destinos de exportación del país, detrás de Brasil y la Unión Europea, y se equipara a Chile y China en relevancia. Las ventas a Estados Unidos representan alrededor del 8% del total de exportaciones de bienes argentinos, equivalentes aproximadamente a un 1% del Producto Bruto Interno (PIB).

Este dato revela, según el organismo, la limitada integración de Argentina en el comercio global. Pese a este volumen, la relación comercial bilateral mostró un pequeño déficit para la Argentina, que promedió el 0,2% del PIB en los últimos años.

El documento estimó el posible efecto el canal comercial a través del cual inciden los aranceles. Desde comienzos de abril, la mayoría de las ventas argentinas a los Estados Unidos comenzaron a pagar un arancel del 10 por ciento. Quedaron exentas las importaciones de energía y oro por unos USD 3.000 millones, mientras que el acero y el aluminio, por cerca de USD 600 millones, enfrentan desde mediados de marzo un arancel del 25 por ciento.

El staff del FMI calculó que el impacto directo sería reducido: las exportaciones argentinas a Estados Unidos caerían sólo entre 300 y 500 millones de dólares al año.

“El impacto podría ser aún menor si se compensa con la desviación del comercio de socios afectados por aranceles más elevados en otros países (en particular, Brasil, China y la UE), ya que los fabricantes podrían optar por reubicarse en Argentina (y otros países latinoamericanos) para evitar los aranceles más altos”, escribieron los técnicos del organismo. Además, al existir aranceles de represalia de otros países contra productos estadounidenses (como China), la demanda global de algunos productos argentinos, en particular la soja, podría verse favorecida.

En cuanto a los canales financieros, el staff señaló que los diferenciales de bonos soberanos y corporativos argentinos mejoraron levemente tras la escalada de las tensiones comerciales, “aunque persisten riesgos financieros». El informe subrayó que la debilidad de las reservas internacionales expone al país a un mayor nivel de riesgo soberano, “lo que afectaría los depósitos en moneda extranjera y el crecimiento del crédito, y limitaría el acceso del gobierno a los mercados internacionales de capital”. Si estos riesgos se materializan, «la actividad económica podría contraerse y la inflación escalar por presión sobre el tipo de cambio». La existencia de un dólar débil podría mitigar parcialmente estas tensiones, precisó el FMI.

Para 2025, el crecimiento global descendió 0,3 puntos porcentuales frente a las proyecciones de enero pero el organismo mantuvo su expectativa de un aumento del PBI en 5,5% para la Argentina. Una desaceleración mayor podría reducir la demanda de exportaciones argentinas y hundir más los precios de commodities. Los precios del petróleo bajaron ya cerca de un 15% en la primera mitad del año y, según el FMI, nuevas caídas profundizarían el impacto negativo en el valor exportado por la Argentina en 2025 y 2026. Esto presionaría sobre el tipo de cambio y limitaría la capacidad argentina para recomponer reservas internacionales. Al mismo tiempo, la desviación comercial podría elevar el precio de algunas ventas externas como la soja, funcionando como mecanismo de compensación ante una menor demanda global.

Respecto a la respuesta de política económica, el informe aconsejó adaptaciones si los riesgos avanzan. “Un marco cambiario más flexible serviría como un amortiguador clave, lo que, combinado con políticas fiscales y monetarias más restrictivas, podría generar mejoras en la cuenta corriente y evitar una mayor pérdida de reservas para preservar la estabilidad externa. Podría ser necesario considerar una reducción más drástica de los impuestos a las exportaciones para impulsar la competitividad, siempre que se identifiquen medidas fiscales compensatorias”, concluyó el FMI.

Si bien no hubo precisiones sobre las conversaciones entre la Argentina y Estados Unidos, fuentes del Gobierno le aseguraron a este medio que “siguen negociando” y podría haber un anuncio puntual en las próximas horas. No hubo mayores detalles sobre lo que se podría comunicar en breve, ni porcentajes, ni productos.

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