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sábado, 4 octubre 2025

MILEI pasó por SANTA FE: Sin discursos y en campaña saludó a unos 500 simpatizantes, hubo INCIDENTES en la Peatonal

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Descansó por menos de una hora en una habitación del ala que da al Puerto de Santa Fe, solamente con la custodia presidencial y de fuerzas federales. Unas 500 personas fueron a vivarlo, tocarlo o al menos tener su imagen.

Con un calor de 30* y unos 400 a 500 participantes entre las 10 y las 12, los simpatizantes del presidente Javier Milei pudieron acercarse al Jefe de Estado, en la zona del Puerto de Santa Fe.

Una suerte de «estrategia del tero» (se había anunciado una caminata en la peatonal San Martín pero no se llevó a cabo y Milei solo saludó en la puerta del Hotel Los Silos y detrás de un vallado). Igualmente esto permitió que los partidarios de La Liberad Avanza se separen de una contramarcha que fue a la zona del centro a lo contrario: repudiar al presidente. Allí (puntualmente en San Martín y Mendoza) hubo algunos incidentes que no pasaron a mayores entre ambos grupos antagónicos, por ejemplo la rotura de un gazebo de LLA.

Cuando llegó el aviso «Está en el hotel del puerto» bajo el sol de las 11 llegaron hasta Los Silos los primeros militantes y simpatizantes, de un modo más que ordenado aceptaron cada una de las instrucciones de la custodia presidencial y de las fuerzas del Estado Nacional que custodian el Puerto. No había dentro de la estación fluvial santafesina patrulleros ni uniformados de la Policía de Santa Fe que quedó sobre Alem y en parte sobre la peatonal rodeando un coqueto pero vacío gazebo blanco y a un par de militantes que se quedaron donde se había indicado inicialmente que sería la concentración.

Eran unas 200 personas, detrás de una valla metálica desmontable las que se reunieron cuando arribó en caravana, con un cortejo de motos y sirenas de móviles de la Prefectura Nacional Argentina, con sus inciales (PNA). Los libertarios quemaron cartuchos de humo lila y repitieron sus hits con «la casta tiene miedo» y cambiaron la letra de un cántico kirchnerista para ordenar: «saquen al pingüino del cajón para que vea, que los pibes cambiaron de idea» y ahora respaldan las «ideas que trajo el León».

Campera de cuero

Frente al lobby del hotel de una camioneta bajó el presidente que lucía una campera de cuero, de la que asomaba otro abrigo. Para entonces había no menos de 30 grados sobre el asfalto de zona de arribos, donde otros pasajeros ocasionales también aprovecharon a curiosear.

Entre que Javier Milei bajó del móvil y caminó unos pasos a toda prisa hasta las puertas de vidrio que se abren automáticamente pasaron solo unos minutos, que fueron suficientes para estrechar manos, repartir besos y ser una y otra vez fotografiado. Desde la comitiva presidencial, que lo cuidó sin mayores inconvenientes gracias al vallado, se veían solo rostros sonrientes, cánticos y pantallas de celulares. La contramarcha había quedado en la zona céntrica, lejos. Pero también allí se demoraron partidarios de Milei que con el correr de los minutos supieron del cambio de escenario para un encuentro partidario que no puede ser calificado bajo los términos tradicionales de un acto político.

En ese paréntesis entre el arribo de la caravana presidencial y su salida una hora después con rumbo a Paraná se produjo la salida de otras figuras deseadas por los cientos de simpatizantes y militantes, además de dirigentes. Romina Diez fue la más aplaudida y vitoreada. A una indicación suya precedió la quita de las vallas con lo que los quinientos partidarios del oficialismo pudieron acercarse más, saludarla y tomarse con fotos.

Antes de que la custodia presidencial a las órdenes de los organizadores del acto quitaran las vallas había un ordenado escenario de público y dirigentes políticos. En ese marco hubo fotos con el rostro angelical de Iñaki Gutiérrez que se mostró muy predispuesto y cariñoso con las personas que le pidieron cientos de selfies que él mismo tomaba con los retratados a sus espaldas, lo mismo que con las imágenes de la diputada nacional Lilia Lemoine.

La salida

Se diría que la posterior difusión en redes más que las vivencias inmediatas de los protagonistas gobiernan este nuevo tipo de actos políticos que carecen de palabras o discursos. Nadie habla, no hay necesidad de contenidos. Solo la voz de quienes apoyan con sus cánticos al presidente. Esa palabra se repitió una y otra vez, como en la campaña. Y fue para muchos seguramente inolvidable su momento glorioso del contacto personal. Había además carteles y banderas de LLA de Santa Fe, Santo Tomé, Rosario y Rafaela. Remeras futboleras de «Romina 10», de quienes respaldan a la diputada nacional que jugó de local en la capital provincial y un letrero que llamaba la atención: «Javo, no nos decepciones».

Ya sin vallas y con un efecto de arremolinamiento hubo casi un pogo y descontrol para acercarse al periplo del jefe del Estado Nacional del hotel al auto. A fuerza de empujones de expertos en seguridad y personas de traje y auriculares clavados en sus tímpanos se le despejó el andar. Fue un scrum veloz y movedizo, repleto de transpiración. Milei caminó, se abrazó y tocó manos siempre sonriente y partió con rumbo a Paraná, como lo marcaba su agenda.

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