El gobernador Maximiliano Pullaro cerró el histórico y emotivo acto de jura del nuevo texto de la Constitución Provincial dejando sentado que “no nació del plan de una persona, sino que recupera múltiples intentos”. En otras palabras, que se trató de “una deliberación acumulada, que se materializó en el consenso transversal que permitió declarar la necesidad de encarar este proceso que hoy culmina. Culmina, pero a su vez, abre paso a otras transformaciones que nos deberán encontrar necesariamente juntos”.
Para el mandatario, “hay dos palabras que pueden expresar una síntesis de esta reforma del ‘25. Consenso como método y equilibrio como resultado. Por eso, en esta reforma podemos reconocernos todos los santafesinos y hacer de la invencible provincia, una distinta; en un país de gritos y muros, que desprecia el diálogo y la amistad cívica”, diferenció.
Y para sustentar esa afirmación y contraponerla a la de quienes insisten en que estaba todo predeterminado, volvió a subrayar el dato que “sintetiza todo lo que fuimos capaces de hacer: el 93% de los artículos fueron aprobados por más de dos tercios de los votos afirmativos”.
En este punto, decidió hacer una pausa para agradecer a los convencionales de todos los bloques por el trabajo realizado junto al personal y asesores, “que estuvieron estos 60 días dejando lo mejor de sí”.
“En estos dos meses aprendimos y demostramos que entendernos en la diferencia, convivir a la diversidad, respetarnos en el debate de mente, pero no agraviante, es la mejor manera de hacer cambios profundos y estables”, amplió.
Retomando la idea de la continuidad institucional, insistió en que “esta Constitución del 25 viene a complementar y actualizar la Constitución de 1962. Conserva su espíritu democrático y republicano en la organización del poder, y su perspectiva social en el reconocimiento de derechos; al tiempo que instituye nuevas herramientas para poder dar respuestas a una realidad totalmente diferente a la de 63 años atrás, y estar mejor parados como Estado ante un futuro que cada vez es más incierto y cambiante.
“En este texto que aprobamos dos días atrás y que ya está en vigencia, hay menos poder para la política y más poder para la ciudadanía. Se terminan los cargos eternos y los fueros injustificados.
Se incorpora la ficha limpia y se abre el mecanismo de participación para que la democracia no se ponga en suspenso entre elecciones, sino que el pueblo pueda incidir y realmente la en las decisiones públicas o tomarlas directamente”, añadió.

Frenos y contrapesos
Para Pullaro, “se trata del diseño de un nuevo esquema de poder a partir del equilibrio, recuperando el valor clásico del sistema de pesos y contrapesos y reeditándolo en un marco donde los poderes tradicionales ya no son lo que eran”.
Y ese equilibrio, volvió a insistir, “es el resultado de la deliberación que tuvo lugar en la convención de la que nadie se quedó afuera. La amplia mayoría de las fuerzas políticas estuvieron representadas y quienes no, pudieron participar activamente a través de las múltiples instancias de diálogo que se abrieron. Y fue un proceso sincero, no fingido. Lo demuestra el hecho de que muchos de los artículos que hoy ya son Constitución pertenecen íntegramente a personas, grupos de personas y organizaciones que sin ocupar una banca estuvieron adentro de la reforma.
“Con ese espíritu arribamos a una Constitución que limita fuertemente al Poder Ejecutivo, porque le permite la reelección, es cierto, pero una única de manera inmediata y consecutiva. Al igual que el resto de las autoridades sometidas a elección popular. Le acota significativamente la discrecionalidad, le impone mecanismos de consulta y rendición de cuentas y lo somete a un escrutinio público mucho más sincero”, remarcó.
Por otra parte, “fortalece la representatividad del Poder Legislativo, corrigiendo el sistema electoral que daba lugar a mayorías automáticas en la Cámara de Diputados y promoviendo uno que refleja del mejor modo posible la voluntad del electorado. Además, elimina las reelecciones indefinidas de los legisladores y deja atrás la inmunidad de proceso para que todos puedan ser investigados si cometen un delito”.
En cuanto a la Justicia, “define con claridad cuáles son los límites de permanencia en los cargos para el Poder Judicial y el Ministerio Público y deja atrás una historia de ocupación eterna de los lugares, para abrir paso a la renovación. Y con ella, la pluralidad que hará del acceso la justicia un verdadero derecho de los santafesinos.
“Con esta Constitución tendremos un ministerio público para la acusación y para la defensa que protege a la sociedad, que persigue el delito y también esté al lado de los más vulnerables. Se democratiza el mecanismo de selección de jueces, fiscales y defensores, y de igual manera el procedimiento de remoción. Queremos consolidar un sistema de justicia más ágil, cercano y centrado en la protección de la sociedad”, completó.
En síntesis, el gobernador consignó que “para esta Constitución, ser funcionario del Estado es ante todo una responsabilidad y no un privilegio. Expresamente se consagra que el acceso al empleo público será en virtud de la idoneidad y sin que se admita prerrogativa alguna. Todos con esta reforma vamos a tener que rendir cuentas ante los otros poderes y sobre todo ante la ciudadanía.
Lo que somos y queremos ser
“Los santafesinos y las santafesinas nos damos esta Constitución que expresa lo que somos, las fortalezas que queremos potenciar, los problemas que queremos resolver y la manera en que queremos hacerlo. Las instituciones no solo se modernizan y democratizan para un mejor Estado, sino que también son parte necesaria para un proyecto de desarrollo. No hay progreso ni plan de futuro con instituciones conservadoras o aisladas de su contexto”, sostuvo.
“Por eso era necesaria esta reforma. Para darle a la seguridad pública la importancia que tiene la garantía de una vida en paz y afirmar la responsabilidad de los gobiernos, para que nunca más nadie se haga el desentendido ante la violencia. Para que el derecho a la educación venga acompañado de los necesarios esfuerzos que posibiliten los aprendizajes, y que no nos conformemos con el acceso: aseguremos los resultados”, comenzó a enumerar.
Y prosiguió: “Para abrir la democracia, la participación y renovar las instituciones del Estado, haciendo de las decisiones públicas un asunto de todos y en un espacio de disputa entre corporaciones. Para reconocer las desigualdades estructurales y orientar acciones positivas que le pongan fin al dolor de los más desfavorecidos y de los históricamente olvidados para promover los derechos ciudadanos y expandirlos a este tiempo digital que atravesamos.
“Nada de esto se podría asegurar sin un Etado que funcione con eficiencia. Por eso esta Constitución también es la de la responsabilidad fiscal que nos impida caer en la demagogia irracional, la de la planificación de las políticas públicas y el control de su cumplimiento”, añadió.
En una exhortación final, el mandatario espetó: “Santafesinas y santafesinos, tenemos desde hoy una nueva Constitución, con nuevos derechos y también con nuevos deberes y responsabilidades. Que son sobre todo las nuestras, las de los gobernantes, las de todos los poderes del Estado, sin que nadie se desentienda.
“Es un sendero proyectado al futuro y que le marque el camino también a una Argentina necesitada de diálogo y de acuerdos de largo plazo. Sepamos transitarlo con lealtad, honestidad responsabilidad y el talante que hizo de Santa Fe la provincia invencible de la nación argentina. Que Dios bendiga esta Constitución”, concluyó.