“La situación salarial es la más dramática y urgente. Casi el 80 por ciento de todos los docentes y no docentes del país perciben un salario por debajo de la línea de pobreza. Casi el 60 por ciento de los docentes universitarios hoy cobran entre 150 mil y 600 mil pesos por mes. Todos los cargos iniciales están en ese monto”.
El rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, resumió con esas frases el panorama de crisis que golpea a las casas de altos estudios del país cuando se cumple el primer día de la semana de paros que se extenderán hasta el jueves inclusive, por parte de docentes y no docentes de toda Argentina.
El titular de la UNR destacó este lunes que “el año pasado se le advirtió al gobierno nacional sobre cuál era el estado de situación. Y lo advertimos con vehemencia porque no queríamos llegar a este punto. Y lo cierto es que en el último año y medio no aparecieron respuestas. Hace un año que no funciona el ámbito paritario a nivel nacional. Tenemos dificultades presupuestarias en todos los frentes. El presupuesto que recibimos para funcionar tiene un desfasaje muy importante con la inflación registrada, y la situación en el sistema científico es mucho peor que la del sistema universitario”.
En declaraciones a LT8, el rector advirtió: “Estamos perdiendo recursos humanos muy valiosos y se están discontinuando proyectos de investigación. Todo lo que se pierde allí, no se recupera en un acto administrativo y todas las líneas de financiamiento están cortadas directamente”.
Producir ciencia y conocimiento
En ese sentido, consideró que “la defensa de la universidad pública es levantar la voz planteando la importancia de jerarquizar la inversión en estas áreas, sobre todo en un país que tiene los problemas que tiene la Argentina. Al mismo tiempo hay que provocar al interior de las universidades transformaciones profundas en un mundo que cambia vertiginosamente. En una Argentina que no tiene los problemas de antes, la Universidad no puede seguir haciendo lo mismo que hace dos o tres décadas atrás. Para estar a la altura de las circunstancias tiene que avanzar en cambios muy importantes. También hay que trabajar para que la universidad esté abierta, dictando cursos, produciendo ciencias, generando conocimiento; haciendo lo que debe hacer”.
“Por eso fuimos al Congreso con la ley de financiamiento, intentando buscar esas respuestas. Ya tenemos media sanción en la Cámara de Diputados. Esperamos tener aprobada la ley por el Senado de la Nación y esperemos que se respete esa ley”, añadió.
“Yo no puedo mirar para un costado y desconocer que un docente está cobrando 150 o 200 mil pesos por mes. En muchos casos, no les alcanza ni para pagar el colectivo que lo lleva a cumplir con su función. Ahora hay docentes que renuncian, que se ven forzados al pluriempleo y eso deteriora progresivamente la calidad de la enseñanza. Alguien que antes destinaba toda la energía a la actividad universitaria, ahora tiene que tres trabajo para vivir. Entonces, la energía que pone para enseñar es distinta. Todos somos conscientes de la situación económica que atraviesa la Argentina y todos sabemos que, en un contexto de escasez, hay que establecer prioridades”.
«Nunca tan mal como ahora»
“El punto es que para nosotros, la educación y la inversión en ciencia tiene que ser una prioridad. Eso no es lo que decimos nosotros, lo hacen todos los países desarrollados del mundo. Hay que mirar a Estados Unidos, Alemania, España, Israel que destinan entre el 3 y el 5 por ciento del PBI a educación superior y ciencia. Argentina destina el 0,6. Y no es que ellos sean más generosos, son más inteligente. La verdad es que no es la primera vez que el salario está mal o que estamos mal presupuestariamente, pero nunca estuvimos tan mal como ahora”, expresó.
“La política, la mayoría de las veces, reivindica en el discurso a la educación, pero no toma medidas en consecuencia. Si queremos solucionar los problemas del país, hay que cuidar mejor a la educación. Puede ser que la coyuntura nos haga creer que lo mejor está en otro lugar, pero vamos a solucionar los problemas si hacemos mejor las cosas en el ámbito de la educación. Hacer mejor las cosas implica garantizar a quienes tienen la responsabilidad de formar a las futuras generaciones de profesionales un salario digno”.
Finalmente, Bartolacci apuntó: “Necesitamos que el Congreso no solo sostenga la ley de financiamiento universitario. El gobierno tiene que enviar al Congreso el presupuesto para el año que viene. Todos los problemas que tenemos derivan de no tener un presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación. Por segundo año consecutivo, tenemos presupuesto prorrogado. Quiero advertirlo con tiempo. Si otra vez vamos hacia el 2026 con un presupuesto prorrogado vamos a tener una situación límite en el sistema universitario”.
