El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves un nuevo acuerdo comercial con la Argentina que promete reformatear la relación bilateral y profundizar la alineación económica que la gestión de Javier Milei afianzó con la administración de Donald Trump. El entendimiento —que aún se encuentra en etapa de redacción final— llega luego del reciente apoyo financiero del Tesoro norteamericano al programa económico de Luis Caputo y en un contexto de dependencia política y fiscal reforzada tras el endeudamiento con el FMI.
El pacto establece una batería de concesiones cruzadas. Argentina otorgará preferencias arancelarias a productos estadounidenses —entre ellos medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y bienes agroindustriales— mientras que Washington eliminará aranceles para ciertos recursos naturales no disponibles en su territorio y para insumos farmacéuticos sin patente. También habrá una mejora recíproca en el acceso a los mercados de carne vacuna.
Santa Fe, entre la baja incidencia exportadora y la dependencia importadora
Para Santa Fe, el acuerdo se inserta en una relación comercial donde Estados Unidos ocupa un rol particular: es un destino marginal para las exportaciones provinciales, pero un proveedor clave de insumos industriales.
En los primeros nueve meses de 2025, las ventas santafesinas a Norteamérica representaron apenas el 1,9% del total exportado. Muy lejos de los mercados más demandantes como India, Brasil o China. El dato confirma que la provincia no depende del mercado estadounidense para colocar su producción, pero sí para abastecerse de bienes estratégicos.
Del lado de las compras externas, la situación se invierte. Según el Ipec, en los primeros ocho meses del año, Estados Unidos fue el cuarto proveedor más importante por valor ingresado en las aduanas santafesinas. Lo que ingresa son, sobre todo, insumos industriales, equipamiento y tecnología que sostienen cadenas productivas locales. Por ello, cualquier cambio arancelario o regulatorio puede incidir directamente en los costos de producción y en la competitividad regional.
Desregulación y estándares: un giro de alto impacto para la industria
Uno de los puntos centrales del acuerdo es la aceptación por parte de Argentina de productos fabricados bajo estándares estadounidenses o internacionales, sin evaluaciones adicionales. La medida alcanza a vehículos, dispositivos médicos y fármacos. En términos prácticos, simplifica el ingreso de manufacturas y podría acelerar la competencia con la producción nacional.
La Anmat, además, aceptará certificaciones de la FDA, lo que supone un cambio sustantivo para los laboratorios y para toda la cadena de dispositivos médicos.
El gobierno también se comprometió a revisar criterios de patentabilidad, acelerar procesos y atender reclamos históricos de Washington sobre indicaciones geográficas.
Agroindustria: cambios para aves, cerdos, bovinos y lácteos
En materia agrícola, el acuerdo avanza en una apertura significativa:
-ingreso de carne aviar estadounidense en un año,
-habilitación de terminologías queseras y cárnicas utilizadas en EEUU,
-trámites más ágiles para productos bovinos, porcinos y menudencias,
-eliminación de la inscripción obligatoria de plantas para importar lácteos.
Se trata de medidas que podrían modificar la competencia para industrias santafesinas, especialmente en la cuenca lechera y en el sector cárnico.
En paralelo, Milei se comprometió a respetar derechos laborales internacionales, un gesto llamativo frente a las reformas impulsadas por el oficialismo, y a cumplir estándares ambientales, incluidos los vinculados a tala ilegal, pesca y uso eficiente de recursos.
Minerales críticos, aduanas y datos digitales: la agenda estratégica
El entendimiento también incorpora cooperación en áreas que Estados Unidos considera prioritarias:
-controles a la exportación,
-seguridad de inversiones,
-prevención de evasión de derechos aduaneros,
-políticas de competencia frente a terceros países.
Argentina reconocerá a Estados Unidos como jurisdicción adecuada para transferencias de datos, lo que dinamiza el comercio digital y facilita operaciones de empresas tecnológicas. Y ambos gobiernos avanzarán en una agenda conjunta sobre minerales críticos, un sector de interés estratégico para Washington.
Lo que viene
Los equipos técnicos trabajan para cerrar el texto final y avanzar luego en los procesos internos de aprobación.
Mientras tanto, en Santa Fe el anuncio genera expectativas y cautela: la apertura puede abaratar insumos e incentivar inversiones, pero también presiona a sectores productivos que compiten con manufacturas o alimentos estadounidenses.
El impacto final dependerá de cómo se reglamente cada capítulo y de la capacidad del entramado productivo santafesino para adaptarse a un escenario más abierto y exigente.







