Un nuevo informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional da cuenta de la magnitud del ajuste de la administración Milei, fenómeno inédito en medio de mediciones que señalan una recuperación de popularidad del presidente. Los ingresos se redujeron 5% a valores reales en 10 meses, y aún así hubo superávit después del pago de deuda.
«En el transcurso de diez meses del año la Administración Nacional tuvo un superávit primario de $9,6 billones y un resultado positivo financiero -que computa el pago de intereses de la deuda- de $1,8 billones», señala el reporte oficial. Desde 2012 el país no tiene un saldo financiero positivo en la comparación de ingresos contra gastos más pagos de deuda.
Y añade: «los ingresos de la Administración Nacional ajustados por IPC se redujeron 5,0% respecto al mismo lapso del año anterior, con un comportamiento diferente en los gravámenes ligados al comercio exterior, que crecieron 11,8%».
El fenómeno «contable» se explica por «la motosierra». «Los gastos totales se contrajeron 27,7% año contra año, con mayores bajas en gastos de capital (-77,5% en el período, cifra que se explica por la falta de obra pública) y transferencias a provincias (-76,9% a/a). Las jubilaciones y pensiones (-18,9% a/a) continúan representando el concepto que explica la mayor parte de la baja del gasto, aunque mes a mes vienen descontando dicha baja»
Pero lo inédito en la escena política argentina es que esa gestión de ajuste coincide con una sostenida imagen presidencial. La Fundación Pensar (PRO) se ha sumado a las mediciones en ese sentido; divulgó un informe según el cual la imagen positiva del presidente en octubre de 2024 se mantiene en 50% (apenas 2% por debajo de enero); prevalece un amplio respaldo social a la gestión, con un crecimiento porcentual significativo: el 49% de la apoya la gestión por haber cumplido con metas de campaña, como bajar la inflación y reducir el gasto estatal.
Gastos recortados
Según el reporte, «los gastos primarios se recortaron 29,7% a/a real y los intereses, 8,7% a/a real», es decir descontando los efectos de la inflación. Sin embargo hay datos de corto plazo que sintonía con señales del «fin de la recesión»; uno de ellos es que «los recursos de la Seguridad Social volvieron a crecer en octubre (9,5% a/a real)», aunque acumulan un retroceso de 11,5% a/a real en lo que va del año».
El análisis de la OPC va más allá de lo estrictamente administrativo y proyecta una lectura social. «El poder de compra de las jubilaciones registra en promedio (10 meses) una caída real de 23,3%, que disminuye a 16,9% en el caso de los haberes mínimos complementados con bonos.
«La Prestación Alimentar -dice el resumen- cayó 14,6% a/a real en el mismo período, a pesar de la suba del 137,5% en el valor de la prestación, que se extendió a familias con hijos de hasta 17 años desde septiembre».
En cuanto a los salarios del sector público, señala que «las pautas (incluidas las universidades) estuvieron por debajo de la inflación, con variantes de acuerdo al escalafón. Esto se vio reflejado en la comparación interanual de los gastos en personal y transferencias a universidades, que registraron caídas reales de 19,6% a/a y 28,7% a/a».
De la lectura del informe surge que a valores reales en 10 meses, las partidas para prestaciones sociales retrocedieron 20,1% (aportan 10% del recorte); los gastos de capital (obras públicas) bajaron 77,5%; los subsidios se recortaron 36,4%; las transferencias a provincias cayeron 76,9%; los gastos en personal se recortaron 19,6% y las transferencias a universidades cayeron 28,7%.
Con información de El Litoral
