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Matias Kulfas: “Aún si le va bien, Milei va a dejar una economía con baja inflación, pero con un desastre productivo y del empleo”

Para el ex ministro de Desarrollo Productivo, el plan económico está lleno de “agujeros negros”. En el programa Hecho Santa Fe destacó la necesidad del peronismo de generar un programa que vuelva a seducir a buena parte de los argentinos.

 

– ¿Cuál es tu análisis de lo que pasó el domingo 26 de octubre?

-Tiendo a pensar más que lo que hubo en el voto a Milei es una mirada de futuro. Obviamente hay un montón de problemas y me parece que el núcleo que está convencido de esta política es más bien minoritario, pero hay otro sector independiente que si bien no anda bien le dio un voto de confianza porque le valora que haya bajado la inflación, que haya un poquito más de previsibilidad en Argentina porque claramente 2023 fue un año muy malo, con casi 200% de inflación. Por el momento las respuestas alternativas, tanto del peronismo como de otras fuerzas, no son convincentes. Digo esto porque en Buenos Aires ha circulado mucho la tesis de que el resultado es una reacción antiperonista, de gorilas, y la realidad es que el peronismo perdió, pero también perdieron Schiaretti y Martín Llaryora en Córdoba, Pullaro en Santa Fe, Nacho Torres en Chubut, el radicalismo de Jujuy. Lo tomo más como una mirada de apoyo al gobierno y de una falta de reacción convincente del resto de las fuerzas políticas donde obviamente incluyo al peronismo que, salvo excepciones puntuales que tampoco son muy convincentes, no está dando una respuesta de futuro, lamentablemente todavía sigue mirando mucho al pasado, se discute la década ganada y la gente no quiere que te cuente cómo estabas hace 20 años, quiere que le diga cómo vas a estar mejor para adelante.

– ¿Cuáles son las ideas a partir de las cuales el peronismo tiene que plantear una mirada de futuro, sobre todo en la cuestión económica que es donde está trabado, para decirlo de alguna manera?

– Dos cosas. Lo primero es atender lo que es hoy la prioridad de todo el mundo. En Argentina, a diferencia de otros países de la región que lo tienen resuelto, tenemos un problema grave de inestabilidad macroeconómica. Si bien bajó muchísimo, todavía somos un país de inflación entre moderada y alta. El mundo de hace 40 o 50 años tenía muchos países con alta inflación. En el actual, los países que tienen inflación arriba del 10% son contados con los dedos de las manos. Tenemos un problema serio, somos un país que se ha quedado con una moneda muy débil. La moneda además de para hacer las compras, se la usa para ahorrar. En los bancos de Brasil y de Chile hay una cantidad de ahorro que equivale a 80% del PBI de cada país con lo cual tienen mucha plata para prestarle a los empresarios pymes, para créditos hipotecarios, y acá no llega al 20%. ¿Dónde está el ahorro nacional? Depositado en cuentas del exterior, en el colchón, en cajas de seguridad, por falta de confianza. Si me interesa la soberanía nacional, un Estado presente, fuerte y bueno, la moneda es importantísimo, es un componente constitutivo clave de la soberanía y del Estado-Nación. Es un tema central que el peronismo ha descuidado al extremo y tiene que volver a valorizarlo. Y en segundo lugar está el tema de la producción y del empleo. Creo que a Milei, suponiendo que le vaya bien, que hasta ahora está en duda, porque la verdad es que el plan económico está lleno de agujeros negros y de fallas, en el mejor caso va a dejar una economía con muy baja inflación, pero con un desastre desde el punto de vista productivo, del empleo y de la sociedad. Porque no tiene política de producción, no habla de industria, ni de agro. La demanda de la sociedad en el caso de que Milei lograra ser exitoso va a ser, bueno, ahora quiero verlo en mi casa, en mi bolsillo, tener trabajo, poder prosperar. Ahí creo que tiene un lugar el peronismo, pero también otras fuerzas políticas. Lo inmediato va a ser el plan productivo. Creo que esta es la discusión de fondo, que nos podamos poner de acuerdo en un plan productivo del siglo XXI, porque a veces se escucha a mucha gente del peronismo hablando de la industria, de la organización, y la de los 50, y no va más. Es otra cosa lo que se vive en el siglo XXI.

-El sector producto en general voto al peronismo y desde hace un tiempo vota en contra ¿Como hacer para recuperar a ese sector? ¿Se necesita un discurso, dirigentes, un programa, un plan?

-Seguro las cuatro cosas que acabas de mencionar, y mucho diálogo. La verdad que el peronismo ha cometido una serie de errores garrafales. Por ejemplo, la pelea con el sector productivo agropecuario mirada en perspectiva fue totalmente absurda porque el campo es un sector productivo importantísimo que tiene muchos componentes innovadores, interesantes, y además la manera de afrontar la producción en el siglo XXI no es por sectores estancos. Hoy en el campo hay actividades de servicios tecnológicos, drones, satélites asociados al monitoreo, todo un complejo productivo que incluye recursos naturales, materia prima, tecnología e industria, y que hay que verlo de esa manera. Me parece que se lo afrontó con una mirada muy vieja que generó un conflicto que hasta el día de hoy dura lamentablemente. Ese es el primer punto que hay que modificar, escuchar. Hay muchos dirigentes que te tiran la posta y te das cuenta de que no la tienen, que están hablando de otro país, de otra sociedad y eso es un problema.

-No nombraste entre los sectores que el peronismo debe abordar al sistema financiero, que en general lo siente como un lugar extraño, ajeno, pero donde millones de argentinos todos los días interactúan y sin el cual no hay economía que funcione. ¿Como debería hacerlo?

-Sin prejuicios, es un poco como te decía antes, no podés pensar en desarrollarte sin una moneda fuerte. En ese sentido, la confianza en el sistema financiero es fundamental. Agrego lo que tiene que ver con el funcionamiento de las nuevas tecnologías en el mundo de las finanzas. Hasta hace un tiempo acceder a un crédito era ir a un banco. Hoy están las Fintech como Mercado Libre y Uala que permiten lograr una inclusión financiera muy acelerada. Cuando era ministro tuve un conflicto por este tema porque me cruzaba con muchos pequeños productores, emprendedores, comerciantes que se quejaban porque era muy difícil acceder a los bancos, en cambio en las plataformas podían sacar un crédito mucho más rápido, con una precalificación más sencillo, pero era más caro. Se me ocurrió la idea de intentar llegar a través de este sector, que es muy rápido, buscando mecanismos para reducir el costo financiero. Esto dio origen a un acuerdo que hice en 2022 con Uala por el que hasta el día de hoy me putean en las redes, como si el problema fuera que te cae mal Pier Paolo Barbieri o Marcos Galperin, que a mí la verdad me importa poco a quién vota, qué piensa en su fuero íntimo o qué tuitea. Lo que me interesaba era llegar al productor, al comerciante, al que no tiene acceso al crédito, no si el dueño de la plataforma era de derecha o que pensaba sobre la reforma laboral en Brasil. Estas son las cuestiones que hay que poner sobre la mesa y que por visiones sobre ideologizadas y sin entender cuál es el fondo del asunto ni los objetivos centrales, terminan desviándose y se terminan discutiendo cuestiones estéticas.

– Quién cuestiona eso no anda mucho por la calle porque lo que le ha solucionado la vida a la gente común las billeteras han sido impresionante, les ha facilitado la cotidianeidad.

-Falta de modernización también, y entender que la política pública tiene subirse y ver cómo potenciarlo, ayudando al resto de las finanzas a que se adapten. Pasa que los que pescan en la pecera buscan que se retrase el avance. En todo caso se trata de democratizar las instituciones de acceso al crédito. Algunos dicen que se trata de un programa económico a la medida de las finanzas. No es así, pero es importante lo financiero. Si queremos garantizar acceso a la vivienda ¿Cómo lo vamos a hacer si no hay créditos hipotecarios? Son cosas que tenemos que responder.

-Hay muchas esperanzas puestas en que la economía argentina se soluciona con el campo más Vaca Muerta más algo del litio ¿Coincidís con esta idea o crees que eso es necesario, pero no suficiente?

-Esto último. Pienso que agregarle Vaca Muerta y la minería -más el cobre que el litio- al complejo agroindustrial, le va a dar una condición de posibilidad de ayudar a resolver el problema recurrente de falta de divisas. Ahora, eso no va a resolver el problema del empleo ni el de la producción. Va a dar algo de prosperidad en las áreas cordilleranas, lo que ya está ocurriendo en parte. Neuquén es una provincia que parece otro país y sigue creciendo a contramano del resto y Jujuy también, en parte por el litio. Ahora, la mayor parte de la gente vive en el Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, y esos son lugares que necesitan otras estrategias complementarias y también que parte del desarrollo de esas nuevas cadenas les implica encontrar bienes industriales y servicios en grandes ciudades. Es la gran falla de Milei, esto no le interesa. Cuando elaboraron el RIGI lamentablemente no pusieron absolutamente nada vinculado al desarrollo de las cadenas productivas, es más, a las empresas les conviene más importar insumos del exterior que comprarlos acá porque le dieron ventajas impositivas al que importa, pero ninguna al que lo produce acá. Creo que son cosas que se pueden corregir, pero bueno, requieren otro abordaje de política económica.

-Además, a contramano del mundo.

-Desde ya, tenemos un problema serio en Argentina que es no mirar lo que está ocurriendo. No te digo China ni Estados Unidos, pero Brasil con Lula, ha implementado Nova Industria Brasil que es un programa político industrial muy auspicioso que está funcionando bien, este año Claudia Sheinbaum en México lanzó el Plan México, que es un programa productivo. Milei va absolutamente a contramano del mundo.

– ¿Por qué en Argentina no podemos tener un Lula?

– No tengo una respuesta contundente. Si tengo que rescatar algo de Lula es su pragmatismo, es una persona a la que siempre veo entender y sintetizar la situación del país a partir de la correlación de fuerzas pero no para caer en un posibilismo triste, sino para ver cómo ir acumulando fuerzas en un programa que logre resultados para Brasil, que sin duda los tuvo a la primera década del siglo XXI y después un poco más limitados. Entendió, por ejemplo, que era fundamental mantener una estabilidad macroeconómica de la economía y hoy Brasil es un país que funciona con baja inflación. Tengamos en cuenta que Brasil no fue muy distinto a Argentina, tuvo también inflación alta en los 80 y una hiperinflación, sin embargo con Lula no volvió, todo lo contrario, y en Argentina lamentablemente sí. Tiene un esquema de política industrial y sabe dialogar con diferentes sectores, su vicepresidente actual es una persona a quien enfrentó en las elecciones pasadas. Creo que hay otro nivel de maduración política que acá no veo. ¿Por qué? No sé si tengo una respuesta, ojalá lo pudiera cambiar.

-Uno de los temas de discusión los próximos dos años en el peronismo va a ser la necesidad de armar un programa económico aggiornando las ideas que lo trajeron hasta acá. ¿Crees que se va a dar? ¿Tiene dirigentes y está en condiciones de crear un programa económico atractivo para la sociedad, sobre el cual la gente vuelva a confiar?

-Te respondo con franqueza. Creo que hay un sector del peronismo, tal vez el mayoritario, que está en esa línea. Pero no me queda claro que pueda imponerse. Probablemente termine partiéndose o perdiendo esa discusión interna. Estos días hay sectores que dicen que el peronismo debería ser más populista, como si hubiera margen para eso, como si la sociedad tuviese ganas de que eso ocurra. El diferencial histórico del peronismo ha sido su conexión con lo productivo, con lo popular y creo que hay que ir por ese lado entendiendo que la estabilidad macro es una condición necesaria, que no se puede tener un país sin moneda. No creo en la idea de que todos los problemas se arreglen con el equilibrio fiscal, de hecho, la gran mayoría de los países del mundo funcionan con déficit fiscal. Ahora, lo hacen porque tienen una moneda fuerte, porque acceden al crédito a tasas razonables. Si accedes créditos a tasas razonables podés tener déficit fiscal y usarlo para obra de infraestructura, para proyectos productivos. Ahora, sin financiamiento a tasas razonables, solo queda la via de expansión monetaria, que el Banco Central emita moneda para financiar al sistema público, condenando a la economía a la alta inflación y eso es malísima. Argentina lleva ya 15 años sin crecer, el PBI de este año va a ser muy parecido el de 2011, el PBI por habitante cayó 10%. Por este lado vamos mal pero por el lado de Milei también porque le está dando la espalda a lo productivo y al trabajo. Creo que o el peronismo se pone frente a esto o lo va a hacer otra fuerza política. Alguien va a conectar con la necesidad de la gente de estabilidad más producción, crecimiento y empleo. Yo anhelo que el peronismo sea quien se haga cargo de esto y que también convoque a otras fuerzas políticas. Lo que tenemos que lograr en definitiva como país es tener un núcleo de cinco o seis ideas básicas que todos respetemos y que nos acompañen cada cuatro años.

 

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