Ante la creciente ola de violencia y muertes, el papa León XIV pidió un alto al fuego en la Franja de Gaza y en Ucrania, al tiempo que aludió a los rehenes: "Que se liberen todas las personas privadas de libertad".
"Aseguro mi cercanía y mi oración por todas las víctimas, especialmente por los niños y las familias. Hago un fuerte llamamiento para parar la guerra y para apoyar toda iniciativa de diálogo y de paz", inició el discurso del Sumo Pontífice durante la audiencia general en la Plaza San Pedro. Se trata de la segunda que brinda desde su asunción.
Robert Prevost condenó los bombardeos contra civiles e infraestructuras en el país europeo, por la invasión de Rusia y los incesantes ataques de la nación conducida por Vladimir Putin. "Mis pensamientos fueron frecuentemente al pueblo ucraniano", soltó, al tiempo que propuso releer la parábola evangélica como una invitación a dejar atrás la rigidez y el individualismo: "(El samaritano) no preguntó quién era el herido ni por qué estaba allí, simplemente se detuvo y ayudó".
"Antes que una cuestión religiosa, ¡la compasión es una cuestión de humanidad! Antes de ser creyentes, estamos llamados a ser humanos", expresó el Papa desde la Plaza de San Pedro, en relación ahora al conflicto bélico entre Israel y Hamas que se desató en la Franja de Gaza.
En este sentido, León XIV señaló que en el cielo "se eleva el llanto de las mamás y los papás" de las víctimas fallecidas. "Estrechan los cuerpos sin vida de los niños y están continuamente obligados a ir a otros sitios en busca de alimentos ante los bombardeos", agregó.
El secretario de Estado de El Vaticano, Pietro Parolin, calificó de "inaceptable" la situación en Gaza y dijo que "el derecho internacional humanitario debe aplicarse siempre y en todos los lugares donde la gente sufre la guerra".
En otro tramo de la audiencia, el Papa León XIV nombró a dos nuevos arzobispos argentinos: son Raúl Martín, de Paraná, y Alejandro Benna, de Morón. Estas designaciones se anunciaron hoy en Roma y Buenos Aires, en lo que significaron los primeros cambios de jerarquía eclesial en el país por parte de Prevost.
Fuente: El Canciller