A pesar del pedido en contrario de Donald Trump y un par de horas después de que el presidente Javier Milei abandonara Medio Oriente rumbo a Madrid, Israel lanzó en las primeras horas del viernes un «ataque preventivo» contra Irán. El ministro de Defensa del Estado judío, Israel Katz, declaró el «estado de emergencia nacional», a la espera de una fuerte respuesta de Teherán, que, además de confirmar la muerte del jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hossein Salami, y del comandante Gholamali Rashid, amenazó con una «bofetada contundente» a Washington y a Jerusalén.
Según medios estatales iraníes, entre los fallecidos también figuran el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, y el exdirector de la Organización de Energía Atómica Fereydoon Abbasi, así como varios altos mandos militares y científicos vinculados al programa nuclear de ese país.
«Tras el ataque preventivo contra Irán, se espera una significativa respuesta con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato», señaló la cartera que lidera Katz, que instó a los ciudadanos a protegerse.
Horas antes, el presidente de Estados Unidos había solicitado no iniciar un ataque, al considerar que su país se encontraba cerca de llegar a un acuerdo con Irán sobre el programa nuclear.
Una vez concretada, EEUU se desmarcó de la ofensiva mediante la difusión de un comunicado firmado por su secretario de Estado, Marco Rubio. «Israel tomó una acción unilateral contra Irán. No estamos involucrados en ataques contra ese país y nuestra principal prioridad es proteger a las fuerzas norteamericanas en la región», destacó el funcionario.
«Israel nos advirtió que esta acción era necesaria para su defensa. El presidente Trump tomó todos los pasos necesarios para proteger las fuerzas norteamericanas y se mantiene en contacto con los aliados en la región. Déjenme ser claro: Irán no debe fijar como objetivos los intereses o personal de Estados Unidos», concluyó.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó a su gabinete de seguridad, ordenó el cierre del espacio aéreo del país -donde comenzaron a sonar las sirenas que alertan sobre la posibilidad de una respuesta con misiles y drones- y aseguró que «los ataques están dirigidos al corazón del programa de enriquecimiento nuclear de Irán».
El premier subrayó que la «Operación Nación de Leones» continuará «el tiempo que sea necesario» y la describió como una acción para «revertir la amenaza iraní a la propia supervivencia de Israel».
«Irán ha tomado pasos que nunca antes había dado. Pasos para armar ese uranio enriquecido. Si no se lo detiene, podría tener un arma nuclear en pocos meses, quizás en menos de un año», detalló. «En 2024 disparó 300 misiles balísticos contra Israel. Cada uno lleva una tonelada de explosivos. Muy pronto podrían llevar carga nuclear, amenazando no a cientos, sino a millones de personas», consideró Netanyahu en su extensa declaración emitida a través de la televisión.
«Hace 80 años, el pueblo judío fue víctima de un Holocausto perpetrado por el régimen nazi. Hoy, nos negamos a ser víctimas de un Holocausto nuclear perpetrado por el régimen iraní», concluyó.
Mientras en Teherán se reportaron columnas de humo sobre el barrio occidental de Chitgar, pese a que no hay centros nucleares en esa zona, el portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, general Abolfazl Shekarchi, afirmó que Israel y Estados Unidos recibirán una «bofetada contundente».
«El régimen sionista ha cruzado una línea roja, al asesinar a nuestros máximos referentes militares y científicos», sostuvo el vocero castrense antes de indicar que las represalias se producirán «pronto, si Dios quiere».
Fuente: El Canciller