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martes, 7 octubre 2025

Diego Hurtado, Doctor en Física. e Historiador: “El sector nuclear es tan estratégico como la siderurgia, los hidrocarburos, la agroindustria y los medicamentos”

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La energía atómica tiene una larga historia en Argentina, que se mantuvo en el tiempo pese a las presiones internacionales y los períodos de inestabilidad política. Autonomía, desarrollo nacional e impulso industrial, a mediados de los 70 el programa argentino era el 2° más importante del mundo en desarrollo después de India. A partir de 1983 inició un retroceso producto de la crisis económica que se agravó en los 90 con políticas que buscaron desguazarlo y venderlo al mejor postor. Resistió y a partir de 2006 renació con fuerte impulso. Hoy sigue vigente y resistiendo otra ola de políticas privatistas. El doctor en Física Diego Hurtado escribió “El sueño de la Argentina atómica”, un libro que cuenta la historia de este proceso y habló en el programa “Hecho en Santa Fe”.

-Recurrentemente, sobre todo a partir de la década del 90, hay una intención de algunos gobiernos de liquidar el programa nuclear, sus avances y en general todos los progresos tecnológicos del país. Hoy es a partir de la decisión del gobierno nacional de vender parte de la empresa Núcleo Eléctrica en un esquema muy parecido a los 90. ¿Qué le pasa a una parte de los argentinos con la ciencia? ¿Por qué volvimos otra vez a esta situación?

-Me puse a trabajar en el libro porque nos estábamos quedando sin sector nuclear a fines de los 90, para hacer conocer que la Argentina había sido uno de los dos países más importantes dentro del mundo en desarrollo, junto con la India, en términos de desarrollo nuclear. Mientras escribía el libro que me llevo 12 años, ocurrió algo muy positivo que fue el relanzamiento por parte de Néstor Kirchner del sector nuclear porque reaparece algo inesperado, por lo menos para quienes veníamos viviendo de mala noticia mala noticia desde el año 76, en el campo científico y sobre todo el sector nuclear, que es que la ciencia empieza a resucitar. Con el relanzamiento del plan nuclear mi libro se resignifica, ya no cuenta la historia de algo que la Argentina perdió, sino de sus idas y vueltas. ¿Cómo puede ser que la Argentina logre estándares internacionales y genere una industria de altísimo valor agregado como es la industria nuclear, que durante casi 15 años nos dediquemos a destruirla y que después venga un gobierno a ponerla otra vez en vigencia?

-El libro se publicó en 2014 y hoy volvemos a estar en un proceso de destrucción.

-Lo que está pasando desde que asumió Milei es dramático, inédito, escandaloso e inexplicable porque no importa que vengas de la escuela austríaca o te dediques a prender incienso, negar la ciencia y la tecnología es medieval, paleolítico. Se hace muy difícil de conversar sobre estas cuestiones, poner un poquito de racionalidad, porque alcanzaría con decir que toda esta gente son delincuentes terroristas financieros que tendrían que estar presos. Hoy están paralizadas todas las obras importantes del sector nuclear que el gobierno negó que iba a paralizar. Las empezó a ralentizar y hoy está todo frenado, desfinanciado. En la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), donde trabajan alrededor de 3.000 personas de altísima calificación, el 80% aproximadamente cobra salarios por debajo de línea de pobreza. Cuando uno habla del sector nuclear, tiene que pensar en la CNEA como la semilla que desarrolla todas las actividades de investigación, grandes proyectos. Nucleoeléctrica es un desprendimiento de la CNEA que el menemismo separó para privatizar y no pudo. Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, incluso el gobierno de Macri y el de Alberto Fernández la sostienen como empresa pública y hoy este gobierno vuelve a intentar privatizarla. Desde que arrancó el gobierno de Milei la quieren privatizar, toda o una parte, les da lo mismo porque no hay ninguna política o racionalidad. ¿Qué están buscando con esta privatización? ¿Mejorar el sector nuclear? No porque tienen todo paralizado, están expulsando gente ¿Sabes qué es lo único concreto? Un documento del FMI del 1 de agosto le exige al gobierno recaudar dólares para aumentar las reservas privatizando empresas públicas. Es decir, están desmantelando un sector estratégico para juntar reservas, que tampoco están logrando, porque Caputo cada dólar que agarra lo tira a la plancha como si fueran gotas de agua.

-La que juntan la queman en 48, 72 horas como mucho.

-Si.

-En el libro describe con detalles el esfuerzo y la decisión política de los gobiernos, hasta Menem, por tratar de conseguir la mayor autonomía posible, la mayor cantidad de desarrollos tecnológicos propios, que participen la mayor cantidad de empresas argentinas, que se formen conglomerados de alta tecnología; en oposición a las potencias mundiales, principalmente Estados Unidos, que trataban de ponerle límites a esos intentos autonómicos. Eso lo consiguieron con Menem y lo vuelven a conseguir ahora. Además de los dólares, ¿No hay también una cuestión ideológica, de argentinos que piensan que vivimos en un país de mierda y por eso merecemos ser gobernados por estadounidenses que son buenos, inteligentes, y que no son una mierda como nosotros?

-Yo hablaba del FMI, las exigencias, y efectivamente, como vos lo decís, la exigencia del FMI se conecta con una exigencia geopolítica. Vos, país de América Latina, no podés tener un plan nuclear autónomo. Quienes te vamos a vender la tecnología nuclear somos nosotros, Estados Unidos. Esto puede ser confabulatorio pero yo lo estudié durante más de 10 años y lo puedo decir con seguridad después de haber analizado como Estados Unidos intentó interferir en el programa nuclear argentino desde fines de los 60. El gobierno de Alfonsín padeció enormes presiones, delegaciones de funcionarios de Estados Unidos vinieron a la Argentina a apretar las clavijas.

-Estados Unidos le puso como condición a Alfonsín para renegociar la deuda externa, probablemente el problema más importante de su gestión, el desmantelamiento del plan nuclear.

-Hace unos días me invitaron a la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado donde llevé un recorte del diario Primera Plana de marzo de 1984 que cuenta esta situación. A las pocas semanas de la visita del funcionario norteamericano, el gobierno le recortó el presupuesto a la CONEA en un 50%. Alfonsín igual se tuvo que ir algunos meses antes de la finalización de su gobierno por un proceso hiperinflacionario porque el FMI le negó los dólares que se necesitaban. Estamos en un escenario semejante salvando los contextos internacionales. Hoy Estados Unidos no es lo que era en la década del 80, cuando ante el colapso de la Unión Soviética tenía la pretensión de ser el gendarme del orden unipolar. Hoy está China, está el grupo BRICS, Estados Unidos es un leviatán decadente, el presidente se parece en su estilo mucho al nuestro, lo que habla de una ultraderecha que perdió la forma, lo modal, la delicadeza, conceptos mínimos de democracia y de institucionalidad. Y lo que vemos es al matón del barrio, como dice Chomsky, que aprieta las clavijas sobre un gobierno que se comporta como lacayo. Como parte de esa humillación está el terminar con los desarrollos nucleares nacionales para que la Argentina le compre la tecnología a los Estados Unidos. Esto está en el programa FIRST, lo publicó Infobae hace un par de semanas, es el primer socio latinoamericano en adherirse. ¿Qué es el programa FIRST? El rebaño que está conformando Estados Unidos de compradores de su tecnología nuclear. Ahí cierra toda la película desde que empezó el desarrollo nuclear argentino con Perón en la segunda mitad de la década del 40.

-En un contexto de inestabilidad institucional, desde mayo de 1950 cuando se crea la Comisión Nacional de Energía Atómica, con idas y vueltas, cambios de gobierno, el proceso de desarrollo nuclear se mantuvo estable y siempre fue pacífico. En ese proceso uno de los argumentos de Estados Unidos para poner límites y todas las restricciones posibles era la sospecha de que Argentina utilizara la energía nuclear con fines no pacíficos. Cuando asume Menem y sin que haya pasado nada en el medio, dejó de ser el peligro que había sido durante más de 40 años.

-Cuando trabajaba en el libro me asombró mucho esa mutación de la posición de Estados Unidos para quien Argentina siempre había sido un país opaco, inestable y por lo tanto sospechoso de querer producir un arma nuclear, que con la derrota de Malvinas se acentúa. En realidad, la sospecha era una herramienta política para presionar. Por eso es muy importante que Argentina siempre haya dado muestras ostensibles de tener un plan pacífico. Esto lo padeció la Argentina hasta 1989. Cuando llega Menem empiezo a ver en las publicaciones algo inédito, y es que el gobierno y los medios de Estados Unidos lo felicitan. ¿Cómo es que después de 30 años pasamos a ser los buenos alumnos en el sector nuclear? ¿Por qué lo felicitan a Menem? Porque finalmente le garantiza al gobierno de Estados Unidos que va a desmantelar el sector nuclear nacional. Ahí es donde uno descubre la hipocresía y el cinismo de toda la diplomacia. Es notable verlo en las fotos a Menem cuando era candidato patilludo, como Facundo Quiroga, líder del peronismo al que consideran xenófobo, autoritario, nacionalista; y tiempo después, cuando les da garantía de que va a desmantelar el sector nuclear, prolijo y felicitado por el gobierno de Estados Unidos.

-A mediados de los 70 respecto al desarrollo nuclear convergían todos los sectores que en otros ámbitos de la vida social divergían notablemente: la izquierda, la derecha, los sindicatos, las empresas. Argentina era el segundo país más importante en el desarrollo de la energía nuclear después de la India, asesoraba a Irán, le vendía know how a Alemania, estaba construyendo un reactor en Perú, había construido Atucha I que fue la primera central de generación eléctrica de Latinoamérica, había completado el ciclo completo del combustible nuclear ¿Por qué no defendemos lo que tenemos? ¿Por qué somos tan permeables a los intereses que no son los nuestros?

-Esa pregunta es difícil de responder, pero lo que podemos hacer es agregar elementos a la comprensión. Primero, hay que mirar al sector nuclear como estratégico como lo son la siderurgia, los hidrocarburos, los alimentos, la agroindustria, los medicamentos y vacunas. Cuando uno describe las apuestas estratégicas de un país, lo que está definiendo es un proyecto a futuro para una democracia. Y se supone que, si hablamos de democracia, hablamos de equidad, de estándares de vida dignos, de generación de empleo, de industria nacional, para que todos podamos tener trabajos dignos, para que nuestros hijos puedan educarse, para vivir con dignidad. El sector nuclear fue y es un sector estratégico demostrado por los logros, los niveles de autonomía, alcanzar el ciclo del combustible nuclear supone autonomía, soberanía tecnológica para pensar nuestro futuro de la manera que nosotros creamos más conveniente, y no estar dependiendo de otro país ni del FMI, de que tenemos que recortar en la educación, los medicamentos o las jubilaciones. El problema del endeudamiento tiene que ver con la falta de capacidad de desarrollar nuestros sectores estratégicos para generar los estándares de vida dignos.

– ¿Por qué en Argentina no podemos construir un proyecto colectivo que incluya a las mayorías?

-En la Argentina confrontan dos proyectos de país. Uno industrial, que necesita ciencia y tecnología. Cuando hablamos de industria, hablamos del único camino por el cual un país puede generar empleo, trabajo como ordenador de la vida de los seres humanos, a través de los cuales se gana un salario digno con el que se puede mandar a los hijos al colegio, alimentar a su familia y tener una vivienda. Eso lo genera la industria con diversificación y la diversificación se logra con ciencia y tecnología, para eso están las universidades, pero se llega a las universidades a través de las escuelas primarias y secundarias, y así va surgiendo un proyecto de país. Y del otro lado, tenemos otro proyecto de país, que es para pocos, que deja 25, 30 millones de argentinos a que se arreglen como puedan, genera riqueza para una élite que no apuesta al país y la plata que ganan la ponen en guaridas fiscales. Hoy la Argentina tiene más de 500 mil millones de dólares de nuestras élites empresariales que en lugar de invertirlas como hacen las élites empresariales francesas en Francia, las alemanas en Alemania y las norteamericanas que se la llevaron a China y ahora Trump quiere que los vuelvan a traer a Estados Unidos, nosotros siempre tuvimos una élite que no tiene un proyecto de desarrollo, sino que gana con un proyecto de subdesarrollo. Hoy lo estamos viendo en el gobierno de Milei.

– Los proyectos vinculados con el ecosistema nuclear argentino hasta la década del 80 buscaban el mayor grado de autonomía posible, la posibilidad de que la mayor cantidad de empresas argentinas participara, tanto sea de la obra civil como del desarrollo de la tecnología, de los instrumentos, de los aparatos, de los compresores, de las computadoras, de todo lo vinculado. Aún en este contexto, tras 40 años de inversiones muy importantes, no se conformó un conglomerado de empresas privadas nacionales exitosas y competitivas sino que prevaleció una mentalidad rentística, se consolidó la patria contratista a partir de las grandes obras y se conformaron oligopolios con empresas extranjeras.

-Esa es la mentalidad de las grandes fortunas argentinas, de los que están en la lista de Forbes. Lamentablemente tenemos un presidente que dice que los héroes son este tipo de empresarios que ganan y se hacen ricos en la Argentina, pero que sus ganancias las ponen en los paraísos fiscales, y que él es un topo que viene a destruir el Estado cuando el Estado argentino son las universidades, empresas como Invap y Nucleoléctrica, que producen satélites, reactores nucleares de investigación, los laboratorios de biotecnología de las universidades que producen vacunas y medicamentos. Para el presidente los héroes vendrían a ser estos grandes empresarios multimillonarios que ganan plata con el trabajo argentino y la depositan en los paraísos fiscales porque tienen miedo a la macroeconomía y a la inestabilidad que generan ellos llevándose los dólares afuera. La ecuación hoy está muy clara, nos podían engrupir con estos cuentos en los 90, pero que nos vengan a repetir los mismos sermones que nos llevaron a la crisis del 2001 y cuando vemos como el gobierno de Milei, Toto Caputo y Sturzenegger nos está llevando a una crisis semejante a la del 2001, me parece que si hay quien no quiere entender es porque no lo quiere ver.

– ¿Tiene que ver con la falta de compromiso de las elites en un proyecto común de país?

-Es la herencia de la dictadura, de un genocidio, que vino a terminar con el proyecto de país industrializador; con ciencia, tecnología, educación y dignidad para su población que le costó dos generaciones de jóvenes a la Argentina, 30.000 desapariciones, persecuciones, migraciones, destrucción del entramado industrial. Hoy todavía estamos tratando de recomponernos, pero tenemos gobiernos que buscan resucitarla. La dictadura nos dejó también una herencia de ideología que llamamos neoliberal, que es justamente la que generó esta cultura empresarial. Pero no son todos, en Argentina hay empresarios enormes que ponen el hombro que están tratando de sacar adelante el país, pero viene este tipo de gobierno que ya se destruyeron de 15.400 pymes y más de 200 mil empleos en el sector privado. Una calamidad, eso lo padecen los países que van a la guerra, no un país que vive en democracia.

-Si algo ha creado el sistema científico en general, y el ecosistema nuclear argentino en particular, es la suficiente cantidad de destrezas para superar todos los obstáculos. Hoy está parado el desarrollo del CAREM por una cuestión ideológica, pero seguimos vendiendo reactores, tecnología, pese al esfuerzo incansable del gobierno para que eso no ocurra. Todos los días repetimos que necesitamos sectores que pueden generar divisas como el de la agroindustria, la minería y la energía. Pero el sector nuclear generó divisas en el pasado y puede generar muchas más divisas si en vez de tratar de romperlo, se lo apoya. ¿Cómo ven esto a futuro?

– Este gobierno nos va a dejar como nos dejó el menemismo en el 2001. ¿Qué pasó después del 2001? Tuvo que venir un gobierno peronista a recuperar las capacidades productivas y científico-tecnológicas, a recuperar los salarios, los procesos de redistribución y a generar riqueza para que nuestro país pueda salir del pozo oscuro y profundo. Este gobierno va a chocar la calesita pronto, fíjese que hace una semana fueron a hablar con Trump que parece les iba a solucionar todos los problemas y ya están de nuevo pidiendo dólares, eso es deuda, deuda, deuda, deuda y más deuda. En el 2001, una semana antes de que la gente saliera a la calle a echarlo a De la Rúa decían que el país con el megacanje finalmente había logrado la estabilidad y que nuestro país finalmente había entrado en un sendero de estabilidad. A la semana voló todo por el aire. Juegan a la ruleta. Es como las películas de Wall Street donde los tipos son adictos y están desesperados, de pronto son felices porque pusieron cinco fichas en el rojo y ganan, y de pronto ponen todo al 17, pierden y empiezan a ser perseguidos por la mafia. Estos son iguales, a ese punto están llevando a nuestro país. Argentina tiene con qué recuperarse, tiene sus capacidades, no solo los recursos naturales que son bienvenidos, Argentina lo que tiene es inteligencia, recursos humanos, universidades, industria pyme robusta. Y los recursos naturales bienvenidos para agregarle valor y generar empleo digno y buenos salarios.

-Y tiene historia

-Por eso, recuperado nuestro país no tenemos que permitir más a estos encantadores de serpiente. Fíjense cómo arranca este ciclo. En 2015, cuando Argentina tenía el mayor salario mínimo de América Latina, habíamos asistido a un proceso de redistribución de la riqueza al punto de que Argentina volvió a ver clase media, las clases más humildes podían irse de vacaciones, comprarse lo que necesitaran, mandar a sus hijos a las escuelas, a las universidades recuperadas. Ahí empezó este circo de que el kirchnerismo es el demonio. Y entonces apareció Macri que dijo que iba a dejar todo lo bueno, pero que iba a corregir lo malo. Y lo que hizo fue barrer con todo y recuperar el proyecto que habían perdido a fines de los 90, para volver a llevársela con pala. Eso es lo que ocurrió en el 2016.

-En la gestión de Macri, la producción industrial retrocedió en 46 de los 48 meses y no hubo ningún sector que en 2019 estuviera mejor que en el 2015.

-Eso fue el gobierno de Macri.


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