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El Río Paraná registro su medición más baja desde 1945 en Santa Fe

Así lo informó Prefectura Naval Argentina este martes al mediodía. La Laguna Setúbal volvió a ser un hilo de agua. Otros espejos de agua de la región se sacaron. Desde el INA sostienen el panorama desfavorable para las próximas semanas.

Este martes al mediodía el Río Paraná superó su propio récord en la ciudad de Santa Fe. Según el registro de Prefectura Naval Argentina, en el puerto local el nivel es de – 0,22 mts. La altura más baja en casi 80 años, 77 para ser más precisos. En lo que va de enero, el nivel perdió más de medio metro. El primer día del año, el registro fue 36 cm; luego bajó a 17 cm para el 03/01 y desde entonces perforó el cero. El 4 de este mes tocó los -0,15 mts, repuntó un par de centímetros y estos últimos días volvió a descender.

Con estos valores se sobrepasó lo alcanzado en 1949 cuando el río midió 20 cm por debajo del cero, como así también el pico más reciente, de 2021, cuando llegó a 19 cm bajo cero. En 1945, el nivel más bajo registrado fue – 0,28 mts.  Para encontrar otra altura similar hay que remontarse a 1925, cuando el Paraná midió 30 cm por debajo del cero, mientras que el año anterior (1924) llegó a también a – 0,22 mts.  La peor bajante que se tenga registro ocurrió en 1944, cuando el nivel en el puerto local fue de 1.04 por debajo del cero. En 1916 hubo otro estiaje importante: la mínima fue de -0.76 cm. Al año siguiente, el río volvió a mostrar su lado más flaco:  -0.44 mts.

¿Laguna?

La bajante se hace carne en la Laguna Setúbal de la capital santafesina. Como ocurrió en el invierno del 2021, el espejo de agua está reducido casi al mínimo de su expresión y a penas si queda el canal de navegación.  A simple vista se pueden apreciar las extensas orillas, no sólo de arena sino que ahora con vegetación y “bosques nativos” como los catalogó el municipio local.  Desde los pilotes del viejo puente ferroviario hacia el norte, los mal llamados bancos de arena, afloraron y quedaron expuestos. Como explicaron los expertos, en realidad se trata del suelo lagunar, compuesto por limo y arcilla.

Peligro 1, no transitar

En reiteradas oportunidades, autoridades municipales y especialistas en la materia, instaron a la ciudadanía a no transitar por estos terrenos.  La heterogeneidad del suelo lagunar, sumado a sectores donde trabajó la draga, hacen que circular por este piso sea realmente un peligro. Prueba de ello, fue la muerte de dos personas que caminaban por la Setúbal en agosto de 2020.  Pese a lo llamativo del paisaje y a la curiosidad que despierta, se torna fundamental entender la peligrosidad que conlleva caminar o transitar con algún vehículo por el suelo lagunar.

Peligro 2, palometas 

El aditivo de este pico de bajante, a diferencia de lo ocurrido en el invierno, es la presencia de las afamadas palometas.  Como advierten los especialistas, las pirañas aparecen con las altas temperaturas y se mueven en cardumen. La Setúbal, con poca agua y el calor típico de Santa Fe en verano, se convierte en el escenario perfecto para el ataque.  Por ello es que también es peligroso bañarse en la laguna santafesina. Ya hubo decenas de casos de personas que desoyeron la voz oficial e ingresaron a las aguas de las playas locales y sufrieron algún tipo de mordedura.

Lagunas de la región secas

La poca agua en los ríos de la región, Paraná y Salado, sumado a la escasez de lluvias de las últimas semanas, hicieron que importantes lagunas de la región quedaran reducidas a su mínima expresión o, directamente, se secaron.  Tal es el caso de la laguna Juan de Garay (ex Bedetti) en la ciudad de Santo Tomé, la de Paiva y la de Añapiré, en cercanías a la localidad de Campo Andino. Cada una con su fisonomía, el denominador común es sequía y tierra resquebrajada, imágenes que duelen y afectan a los ecosistemas autóctonos.

Fuente: El Litoral

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