«Santa Fe recompone salarios por sobre la inflación, establece beneficios a los pasivos para la compra de medicamentos que superen 5% de sus haberes, paga en tiempo y forma salarios y el aguinaldo antes del 30 de junio, sin recurrir a deuda para sus gastos corrientes», enumeró el ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares, al destacar la «administración eficiente», de la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro.
El funcionario remató los elogios al destacar que «en tiempos en los que la agenda nacional asocia a la obra pública con la corrupción, y que como única respuesta hoy se la elimina, con cero inversión desde el Estado Nacional, en Santa Fe se llevan a cabo proyectos que parecían imposibles: se construye un nuevo puente entre la capital provincial y Santo Tomé, se llevan adelante gasoductos y la autopista tiene en plena construcción un tercer carril», destacó al nombrar los emprendimientos más relevantes de un paquete de inversión de capital estimado en 500 millones de dólares.
También habló sobre la posibilidad de que Santa Fe emita bonos de deuda en el mercado internacional «por hasta, y quiero subrayar la palabra ‘hasta’, mil millones de dólares». Una vez más indicó que con la autorización del Poder Legislativo provincial resta que dé el visto bueno el gobierno nacional y que, según el panorama económico a nivel internacional y nacional, Santa Fe avance con esa operación para llevar a cabo más obras, lo que demandará más tiempo.
En cambio, «en el caso de la autorización para endeudarse con la CAF, el organismo ya lo ha concedido, con lo que se pasa de inmediato a ejecución en cuanto la Nación nos dé el visto bueno», por 100 millones de dólares.
Respecto de la recaudación fiscal, Olivares dijo en conferencia de prensa con temario abierto que «evoluciona muy amesetadamente, después de un mayo malo». Explicó que usualmente en el quinto mes «las empresas liquidan ganancias y suele ser un buen mes de ingresos, el mejor para la recaudación del impuesto a las ganancias».
Agregó que en lo que va de junio la línea de los gráficos con lo que ingresa a las arcas provinciales «se ha amesetado» expresó, y trazó una línea horizontal imaginaria en el aire, opuesta a la de una deseada recuperación que no aparece. Olivares dijo que «no hay indicios de una mejoría a futuro», que esas variables bajaron y en esos niveles siguen.
Ante una nueva consulta indicó que se verifican mejores números «en la recaudación propia, de la provincia», que la Nación critica. Sin nombrarlo, recordó de inmediato que la administración del presidente Javier Milei cuestiona el impuesto a los ingresos brutos pero advirtió que, con ese u otro gravamen, deben existir medidas que garanticen la «autonomía de los recursos de las provincias para no depender de la discrecionalidad» del Poder Ejecutivo Nacional, porque se daña el sistema federal.
Antes de cerrar su contacto con la prensa local, el ministro repitió lo que antes posteó en redes: «Tenemos hoy a la vista un dato que es muy importante, y es que el Estado Nacional publicó la evolución de la presión tributaria nacional sobre la economía y la realidad es que aumentó, mientras que las provincias bajaron su presión tributaria». Más adelante agregó: «En 2024 la presión tributaria consolidada de todo el país se mantuvo igual a la de 2023, pero con la particularidad de que mientras bajó la de las provincias subió la nacional» y reiteró que «hay más presión tributaria nacional que de las provincias y no son datos nuestros, los publica el Ministerio de Economía de la Nación; evidentemente, es porque con el mix tributario que se queda Nación tiene el impuesto a las exportaciones… Sin dudas, la presión de los impuestos nacionales sobre el PBI ha crecido, mientras que la presión de los impuestos de las provincias ha decrecido».
