Por Ricardo Porta.
Como futbolero y argentino le hago un monumento a nuestro arquero. Pero la realidad es que hubiese preferido sentirme orgulloso por la forma de obtener la victoria. Por el estilo de juego por ejemplo. Decir que ganamos porque hicimos los méritos suficientes. Y ésos méritos están emparentados con las últimas figuras de Diego y la Pulga. De ser superiores, aún en la derrota. Más pegado a la esencia del deporte: lo LÚDICO. Ligado estrechamente al "paladar negro" que tenemos los argentinos en materia futbolística.
Lo de ayer fue todo lo contrario. Como siempre Messi, como el título del inolvidable Scalabrini Ortiz: "El Hombre Que Está Sólo y Espera". Hace genialidades, mientras espera que el resto lo acompañe. Pero no sucede. Y no ocurre porque está vacío.
Jorge Fosatti, cuando estaba en Colón, una tarde me dijo: "Si vos le sacas el o los goles al partido, te queda la radiografía de lo que pasó". Y en ésa línea Colombia fue más que nosotros y no se merecía irse con las manos vacías. Luego vino la lotería de los penales…o no?. Ahí comenzó marcando su presencia Messi. Y pensamos en "Goyco"… pero lo tenemos al "Dibu". No uno ni dos… tres penales y su consagración.
Pero volviendo al principio, alegre por ser finalista, pero ésta es la oportunidad de diferenciarse de los resultadistas que sostienen "hay que ganar a cualquier precio". Pero ojo, que ése a cualquier precio es muy amplio y no tiene nada que ver con el espíritu del juego.
