La Argentina proyecta una recaudación consolidada (gobiernos nacional, provinciales más CABA y municipales o comunales) que equivale al 29,2% de su PBI -apenas por debajo del 29,6% del 2024- gracias a un número total de 155 tributos identificados en todo el mapa territorial, en los distintos niveles estaduales.
El número de impuestos es grande, el esquema es complejo y se presenta en medio de una economía que discute competitividad sin devaluación. Eso no viene sino por eficiencia dentro de las empresas y por una reducción de la carga tributaria que cada una paga.
En ese escenario se da la puja entre la Casa Rosada que busca bajar gravámenes provinciales, y las provincias que alegan tener que afrontar gastos de infraestructura (obras públicas) que Nación desatendió. Eso además de seguir brindando servicios de salud, educación, seguridad y parte de la justicia, que se financian de las cuentas provinciales.
Un nuevo informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal señaló que "a nivel nacional, se eliminó el impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS)", mientras que se creó (en algunos municipios) el derecho por el servicio de transporte de personas -concertado a través de plataformas electrónicas- lo que implica que "los intermediarios de dichos servicios (aplicaciones) deben abonar el 1% del valor de cada viaje, y que los fondos recaudados se destinan a un Fondo de Movilidad para mejorar el transporte"
"El 94% de la recaudación consolidada argentina se concentra en diez tributos, ocho de los cuales son nacionales, uno provincial y uno municipal", advirtió Argañaraz. El argumento refuerza un comentario reciente del gobernador Maximiliano Pullaro que provocó algunos enojos en el gobierno central.
El mandatario santafesino le recordó a la platea de empresarios reunidos en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) que "de un ticket de 10 mil pesos que paga un consumidor en Santa Fe, hay $ 200 de impuestos provinciales y 1800 de impuestos nacionales".
Iaraf explicitó que, de hecho, "el 94% de la recaudación consolidada argentina se concentra en diez tributos, ocho de los cuales son nacionales, uno provincial y uno municipal". Luis Caputo ha dicho expresamente que el gobierno quiere bajar impuestos pero que es el turno de las provincias; el ministro apunta de manera explícita contra Ingresos Brutos y ha dejado trascender la idea del "super Iva" para que Nación se quede con un 9% y el resto lo cobren las provincias. Por ahora, la "idea" flota en el ambiente sin que haya un borrador sobre el cual trabajar.
Anses y después
Antes de empezar a hablar de lo que se lleva cada "jugador" de la recaudación, vale la pena detenerse en el primer destino de los fondos. Por cada $100 que un argentino paga al fisco por todo concepto, $28 se los lleva la Anses, que sigue siendo deficitaria. No es difícil comprender el dilema entre lo que se considera un deber del Estado -pagar haberes dignos- y las posibilidades reales de cumplir sin nuevos trabajos formales que hagan aportes que financien el sistema.
En el desafío se plantea primero en la reforma laboral, pero sobre todo la incorporación a la formalidad del trabajo informal que no aporta. Sería imprescindible si se quiere despejar la mayor carga del desafío fiscal, antes de una reforma tributaria.
Además del destino de la recaudación a la Anses, (siempre por cada $100 que entran a los tres niveles del estado) Nación recauda $25,7, las provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires $33,7 y los municipios $12,5. ¿Pueden los gobernadores desprenderse de recursos? Vale alegar que Ingresos Brutos es el gravamen más distorsivo de la economía argentina.
Sin contabilizar aportes patronales y personales, que son el segundo gran rubro de la recaudación fiscal, el Iva (lo cobra nación y se coparticipa) recauda el equivalente a 7% del PBI, e Ingresos Brutos 4,12% del PBI. No parece hasta aquí que haya posibilidades para eliminarlo sin más, ni que Nación lo compense aún cuando la economía crezca al 6% como alega Javier Milei.
Peor aún, un "super Iva" en el que Santa Fe se quede con 12% y Nación se lleve sólo 9%, en principio dejaría las cuentas provinciales con la posibilidad de reducir no más de un 1% de presión fiscal en IIBB con efecto fiscal neutro, según se infiere de cálculos del Iaraf. Pero habría provincias condenadas a subir hasta 80% su parte (provincial) del nuevo IVA, sin tocar ingresos provinciales. No parece un esquema que pueda pasar por el Congreso sin más.