El Ministerio de Seguridad de la Nación activó este miércoles la alerta máxima en las fronteras argentinas. La decisión se tomó tras la escalada de violencia narco en Río de Janeiro, donde los enfrentamientos entre la Policía y el Comando Vermelho dejaron al menos 132 víctimas fatales, según confirmó la Defensoría Pública del estado brasileño.
La ministra Patricia Bullrich encabezó una reunión en la Casa Rosada para definir los alcances del operativo. “Vamos a disponer la alerta máxima en las fronteras para que no haya ningún tipo de cruce o pase de aquellos que se estén moviendo desde la centralidad del conflicto en Río de Janeiro”, explicó.
Bullrich destacó que se trata de una medida preventiva ante la posibilidad de que integrantes de organizaciones criminales intenten huir hacia países vecinos, entre ellos la Argentina.
Controles intensivos en pasos fronterizos
Según precisó la funcionaria, la decisión implica reforzar los controles migratorios y de seguridad en los principales puntos de ingreso al país, en especial en la zona de la Triple Frontera, donde confluyen Argentina, Brasil y Paraguay.
“Esta alerta máxima significa mirar con cuatro ojos a los brasileños que vengan a Argentina, viendo si tienen o no antecedentes, pero sin confundir a turistas con integrantes del Comando Vermelho”, aclaró Bullrich.
El Ministerio de Seguridad coordinará con la Dirección Nacional de Migraciones la implementación de un “sistema de alertas”, destinado a intensificar la supervisión en los pasos fronterizos. A pesar del refuerzo de controles, la ministra descartó un aumento de efectivos de fuerzas federales en la zona.

“Por supuesto, no confundiendo turistas. Es un público que no es mayoritario, pero en la Triple Frontera tenemos mucho movimiento”, advirtió la titular de la cartera de Seguridad.
La medida también incluye la revisión de los mecanismos de cooperación internacional en materia de crimen organizado, narcotráfico y tráfico de armas. Fuentes oficiales indicaron que el Gobierno evalúa un protocolo conjunto con países limítrofes para mejorar el intercambio de información sobre antecedentes penales y redes criminales.
El conflicto en Río conmociona a la región
La decisión del Gobierno argentino se conoció tras los violentos episodios registrados en Río de Janeiro, donde un operativo policial contra el Comando Vermelho derivó en una serie de enfrentamientos en las favelas de Penha y Alemao.
Las imágenes de las calles tomadas por patrullas, helicópteros y decenas de civiles corriendo por las balas recorrieron el mundo. De acuerdo con la Defensoría Pública, más de 132 personas murieron durante los operativos, aunque organizaciones sociales de Río advierten que la cifra podría ser aún mayor.
El Comando Vermelho es una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil. Nacida en los años setenta en las cárceles de Río, controla el narcotráfico en gran parte del territorio carioca y mantiene un conflicto abierto con las fuerzas de seguridad desde hace décadas.
Los analistas advierten que el aumento de la violencia urbana y las operaciones policiales de gran escala podrían tener repercusiones regionales, especialmente en los países fronterizos. Argentina, que comparte más de 1.200 kilómetros de límite con Brasil, busca blindar sus pasos internacionales ante posibles desplazamientos de grupos armados.
“Es una medida de prevención, no de cierre”, aclararon fuentes del Ministerio. “Se trata de mantener un control exhaustivo y evitar movimientos irregulares de personas que puedan estar vinculadas con el conflicto”, agregaron.
El Gobierno seguirá de cerca la evolución de la situación en Brasil y no descarta adoptar medidas complementarias en caso de que la violencia escale. En tanto, la Cancillería argentina mantiene contacto con las autoridades brasileñas para coordinar eventuales acciones conjuntas.
La escalada en Río de Janeiro volvió a poner en primer plano el impacto regional del narcotráfico y los desafíos para la seguridad fronteriza. En ese contexto, la respuesta del Gobierno argentino apunta a reforzar la vigilancia sin afectar el tránsito habitual de ciudadanos y turistas.
La alerta máxima estará vigente “hasta nuevo aviso”, según confirmaron voceros oficiales, y será revisada conforme evolucione la situación en Brasil.