Con el triunfo electoral consumado, una base parlamentaria que hace viable las reformas estructurales, una cartera de inversiones de unos US$80 mil millones que el presidente presentó a JP Morgan poco antes de las elecciones y la convocatoria a los gobernadores, el BCRA difundió una hoja de ruta que incluye la compra de dólares para reservas a partir de 2026.
El vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, Vladimir Werning, brindó entre el 15 y el 17 de octubre una presentación titulada “La Evolución del Régimen de Agregados Monetarios en Argentina: De la Estabilización (2024) y la Transición de Régimen (2025), a la remonetización Impulsada por la Demanda (2026+) y Conducente a la Acumulacion de Reservas».
El texto allí expuesto y ahora difundido por la autoridad monetaria, presenta un análisis detallado de la estrategia de política monetaria, enfocándose en la transición del país desde un régimen de alta inflación hacia una fase de re-monetización.
El plan se dividió en tres etapas: la primera fue la estabilización Monetaria (2024), que buscó eliminar el dominio fiscal y el sobreendeudamiento monetario para reducir rápidamente la inflación.

Un “segundo tiempo” de transición de régimen (2025), se centró en adaptar la política monetaria para eliminar los controles de cambio (la represión financiera persiste para las empresas) mientras se gestionaron “choques electorales temporales” que deprimieron la demanda de dinero (la dolarización preelectoral).
Lo que viene
Werning adelantó una tercera etapa de remonetización (2026 en adelante), lo que supone más pesos en circulación, para atender el “crecimiento de la demanda de dinero”, consistente con una recuperación de la economía, que el FMI prevé en 4,5%.
Las proyecciones macroeconómicas del presupuesto nacional estiman para el próximo año un crecimiento del Producto Bruto Interno de 5% (incompatible con el actual nivel de tasas), un Índice de Precios al Consumidor de 10,1% y un tipo de cambio de $1.423 por dólar.
A partir del 2026 el gobierno se proyecta un crecimiento sostenido, una clara tendencia a la desinflación y una evolución del valor de la divisa norteamericana por debajo de la inflación. Eso supone que los pesos ya no irían a presionar al dólar.
Según el directivo del BCRA, la acumulación de reservas internacionales es consistente con el superávit fiscal. El documento presentado en Washington enfatiza el éxito en el anclaje de las expectativas de inflación a pesar de la flexibilidad del tipo de cambio y compara el enfoque con un precedente histórico exitoso en Israel.
En lo inmediato el mercado financiero observa si esta misma semana el BCRA anunciará una reducción de los encajes y para liberar dinero al mercado, lo que permitiría hacer consistente una baja de las tasas de interés y, con ellas, recuperar un aliciente a la estancada recuperación económica.
Pesos y tasas
Mientras el gobierno compra títulos e inyecta pesos en el mercado, por estas horas se desarrolla una nueva licitación en la que se despejará la licitación de deuda del Tesoro Nacional.
La remonetización vía compra de divisas no tendría una posterior “esterilización”. El gobierno espera el ingreso de inversión externa gracias al RIGI y las reformas estructurales, lo que supone un superávit en la balanza de pagos en un momento de baja monetización de la economía.